Mucho antes de ser acuñado el término “Realidad mágica” para ese tipo de literatura escrita entre lo real y lo fantástico, que tan bien ha sabido combinar autores al otro lado del atlántico, ya Wenceslao había publicado el título, versionado posteriormente con igual reclamo en las carteleras: “El bosque animado”
Parece ser que fue autor alegre, conocido por sus novelas y artículos ricos en humor. Sin embargo, este libro reúne veinte cuentos tristes, que a mi modo de ver no es que de su lectura se desprenda tal cualidad como más relevante, más bien es el carácter de tragedia y sobre todo el que sean de la vida vulgar sus características más definitorias. Porque Wenceslao es capaz de fijarse en ese detalle que acaba generando una tragedia en gente humilde de la ciudad o del campo, como ejemplo este caso del matrimonio de ancianos que son informados de la muerte de una antigua amiga común y ella, al ver la cara del que ha sido su esposo toda la vida, acercándose, le dice: ¡La quieres aún!... ¿Qué fui yo en tú vida?...
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