Las aventuras de Chichikov, así iba a ser titulada esta novela publicada en 1842, es considerada la madre de todas las grandes novelas rusas posteriores. Cuenta cómo su protagonista, Chichikov, un noble de oscuras raíces, después de varios intentos fraudulentos para hacerse con su propia fortuna, viaja cual Quijote por Rusia comprando almas muertas.
Por tales se entienden los difuntos asalariados, y no dados de baja en un censo que se realiza cada diez años, propiedad de terratenientes y nobles para luego solicitar al Estado tierras. El autor describe a lo largo de la obra las costumbres de la época y las enormes diferencias sociales entre pueblos, aldeas y villas dedicadas a sobrevivir del campo alejadas de un gran núcleo urbano y una ciudad modelo en la que tratan de imitar la vida que por aquellos años se llevaba en San Petersburgo y que a su vez importaba del estilo de vida parisino.
Gógol, y en concreto esta novela (léase también si se desea Historias de San Petersburgo) es un buen recurso para entender cómo la vivencia de estas desigualdades abisales y su crítica ante el Zar Alejandro I provocaron la destitución del portuense Agustín de Betancourt tras su regreso de la Rusia profunda donde mejoró las condiciones de vida de su población con sus obras de ingeniería.
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