Si los periodistas lograsen contar sus noticias con la misma elegancia y finura que lo hace Ayala en sus Recortes del Diario, el sentimiento, la pena y la alegría provocada en los lectores facilitaría el aumento de las tiradas.
Si el enamorado tuviese la destreza para escribir Diálogos de Amor tal y como lo hace él, vería compensada su escritura con las bondades producidas por la flechas del amor.
Y si fuese capaz de expresar el recuerdo de un detalle siguiendo los cánones leídos en Díaz Felices su memoria escrita debería ser publicada en un texto que reúna las tres experiencias permitiendo así disfrutar de una delicia de jardín en el que al igual que en el cuadro del Bosco se aborde la dicotomía entre el amor y el dolor, la ternura y la crueldad, la vida y la muerte con una prosa a la vez elegante y directa.
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