Cuentan
de quienes han de deshojar la margarita en las editoriales y en los concursos
literarios que con leer las primeras quince a veinte páginas ya deciden si
publicar o premiar los manuscritos a cribar.
También
cuentan de quienes escriben, el esmero puesto en una primera página que capture
al lector para que el libro permanezca en sus manos hasta la última.
A
Burgess todo esto debió importarle un bledo al ser advertido de la poca vida
que le quedaba tras un diagnóstico, que resultó ser erróneo, de cáncer, y
decidirse a escribir como un poseso. Esto explica que en la primera página
existan unos veinte vocablos nadsat, una jerga adolescente ideada por él usando
palabras rusas e inglesas Cookney así como algunas de propia invención, que
obligan al lector a acudir al glosario final. Sin embargo no hace falta ser
políglota para darse cuenta que se puede disfrutar de su lectura con fluidez ya
que los términos están insertos en frases tan explícitas que a buen entendedor
sobran palabras.
Lo
que no le importó un bledo al escritor fue que Kubrick eligiera la versión
americana como referencia para adaptar el guión de su película. En ese país la
novela fue publicada sin el capítulo 21 en el que La Técnica Ludovico, empleada
para tratar a Alex, es efectiva y el sujeto cambia de actitud.
Para aquellos a los que la
película no dejó indiferente en el tratamiento dado a los condicionantes en
torno a la violencia tanto individual como institucionalizada, el libro tampoco
les defraudará.
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