Como lo avalan las casi tres páginas de frases
desordenadas que he podido recopilar de la interesante lectura, la novela es un
exquisito monumento literario, impresionante e intensa, que combina la pormenorizada calidad narrativa
con la profundidad de ideas. El estilo del texto es sencillo y directo, el
relato conmueve y te llena de interés. Te entran ganas de leer, leer y leer, no quieres que termine, pero como
todo en la vida tiene su final, te hace sentir un poco vacío; pensé que habría algo
más, y, me entristeció que el libro terminara. Tremenda estupidez por mi parte.
Todo lo que empieza para bien o para mal tiene
que terminar.
El libro que lo leyera cuando era bastante más joven;
puede ser considerado un libro de
cabecera, aunque personalmente nunca he podido leer ni estudiar en una cama,
para desgracia mía, lo cual bien mirado tiene sus ventajas, pues no he quedado
dormido leyendo o cuando estudiaba.
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