Fui en busca de sus Fabulas y Leyendas del Mar y a falta de las mismas me vine con Fanto Fantini a lomos de su caballo Liofante capaz de defender el honor de su amo mediante un laude ante el Senado Veneciano y abrochar los cordones de las sandalias con los dientes. Quizás el nombre de este capitán nacido en la Umbría allá por 1450 obedezca a otros pareceres pero por dos veces Fan… ha de orientar al lector sobre la fantasía que destila. Baste con las primeras páginas en las que se relata el nacimiento de Fanto un día de tormenta, campana de repique a los vientos y un rayo que penetra en la habitación justo en el momento del parto para hacer de ventosa y ayudar así a pujar a la madre cuyo hijo salta a un cuadro que adorna la habitación a donde se dirige el médico cirujano para extraerlo con bisturí entre los laureles de la cabeza de su abuelo, allí pintado. En las siguientes páginas se relatan sus fugas a cual más fantasiosa lo que deja muchos párrafos latinoamericanos del mejor realismo mágico en relatos escritos por meros aprendices de mago.
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