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LA CASA DEL SILENCIO. Blanca Busquets

Esta es la historia de varias mujeres y de algún hombre. Mujeres valientes y sensibles, mujeres apasionadas, mujeres que aman a los hombres pero que, por encima de todo, aman la música.Esta es la historia de un violín que pasa de mano en mano, de un director de orquesta exiliado que vive entre notas musicales y faldas, de madres ausentes, de desamores y venganzas, de guerras que separan, de criadas que toman chocolate caliente...Esta es la historia de La casa del silencio, donde la música jamás deja de sonar.Una magnífica novela que une la historia musical de la Europa del siglo XX con las pasiones de una saga de personajes sólidamente construidos.

CARTAS QUE SIEMPRE ESPERE. María de la Pau Janer

Una apasionada historia sobre secretos escritos en cartas que nunca llegaron a tiempo a su destino. «Hay un lugar donde las cartas van a morir. Hay quien espera una carta toda la vida» Así comienza esta novela marcada por el azar, la espera y los secretos. Cada mañana Miguel, el cartero de un pequeño pueblo, pasa por delante de la ventana de Ricarda. Ella espera desde hace años una carta, pero cuando ésta fi nalmente llega, ya es demasiado tarde. Luís, su hijo, queda marcado por la imagen de una madre melancólica, siempre esperando noticias, y comienza a trabajar en el departamento de «cartas muertas», el lugar a donde van a parar las cartas que nunca llegaron a su destino. Allí encuentra las cartas perdidas de «Paula», cuyo nombre le atrae de forma misteriosa e inexplicable. Cartas que siempre esperé es una novela cautivadora y hermosa que gira en torno a unos personajes que buscan resolver los enigmas de su vida, para así cerrar el pasado y poder vivir el presente.

GINEBRA PARA DOS. Rebeca Rus

Silvia Vega, directora creativa de una importante agencia de publicidad española, viaja a Ginebra con el único objetivo de conseguir como cliente una importante empresa. Silvia tiene determinación, grandes ideas y un espíritu de sacrifi cio insuperable, pero no cuenta con el irresistible Daniel Soler, uno de los creativos más famosos del país, que se interpondrá en sus planes para conseguir el mayor ascenso de su vida.

CASA DE VERANO CON PISCINA. Herman Koch

Casa de verano con piscina explora temas contemporáneos como el malestar de la familia, la difícil comunicación entre padres e hijos o la falsedad de las relaciones sociales, así como el deseo, la culpa o el ansia de venganza en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE. Rosa Montero

Cuando Rosa Montero leyó el maravilloso diario que Marie Curie comenzó tras la muerte de su esposo, y que se incluye al final de este libro, sintió que la historia de esa mujer fascinante que se enfrentó a su época le llenaba la cabeza de ideas y emociones. Al hilo de la extraordinaria trayectoria de Curie, Rosa Montero construye una narración a medio camino entre el recuerdo personal y la memoria de todos, entre el análisis de nuestra época y la evocación íntima. Son páginas que hablan de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la buena muerte y de la bella vida, de la ciencia y de la ignorancia, de la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a disfrutar de la existencia con plenitud y con ligereza. Vivo, libérrimo y original, este libro inclasificable incluye fotos, remembranzas, amistades y anécdotas que transmiten el primitivo placer de escuchar buenas historias. Un texto auténtico, emocionante y cómplice que te atrapará desde sus primeras páginas.

Hijo de ladrón. Manuel Rojas



Aniceto vive con su madre, tres hermanos y un padre que ejerce como tal durante el día pero que desaparece por temporadas, en unas ocasiones debido a su trabajo y en otras como consecuencia del mismo. Llega el día en que acude a la cárcel con su madre y se entera que El Gallego, ladrón de guante blanco, es el sobrenombre con el que su padre es conocido en las comisarías. Su vida cambia cuando muere su madre y El Gallego se arriesga a dar el golpe de su vida que pueda aportar un futuro económico a sus hijos. A partir de ese instante los hijos malviven, se dispersan y Aniceto viaja desde Argentina a Chile y cuenta los avatares de su vida como hijo de ladrón sin llegar a cometer robo ni crimen alguno. 

Huasipungo. Jorge Icaza



Huasipungo es donde tiene la casita, donde cultiva, donde corretean las gallinas; es ese trocito de terreno que otorga el dueño de la hacienda a la familia india por parte de su trabajo diario; es todo su mundo. Pero viene el latifundista con necesidad de acercar el progreso siguiendo los intereses ordenados desde Quito, la capital; de hacer un carretero que haga fácil el espolio de la madera y que sirva para llegar hasta el petróleo que aseguran los gringos que existe. Y apoyado en el teniente político y en el cura y amparándose en el látigo del cholo, mestizo de blanco e indio, la obra se abre camino en las primeras décadas del siglo pasado entre abusos y violencia hasta que la crecida del río, provocada por la negligencia autoritaria ante la necesidad de su limpieza colinas arriba, acaba con los huasipungos, los cultivos, las gallinas y los guaguas (niños pequeños) que por allí correteaban mientras las mujeres se encargaban del maíz y los hombres desbrozaban el monte.
Una historia que se repite y que gracias a Icaza se convierte en memoria escrita que ayuda a entender el por qué de aquellos barros vienen estos lodos y de aquellos huasipungos estas revoluciones.

Bestiario. Juan José Arreola



Lo vi inserto entre otros en una de las estanterías dedicadas a literatura latinoamericana. Había leído previamente Confabulario. Si es de Arreola... me dije. ¡Cómo evitar al menos ver la portada! Con el dedo índice lo fui inclinado. ¿Un oso pedaleando en bicicleta? ¡Cómo evitar tenerlo entre las manos para comprobar tal equilibrio! Bestiario, Cantos del mal dolor, Prosodias y Aproximaciones. El último bloque parece poesía escrita y algo lioso, metafísico. El resto, lo abras por donde lo abras, leas cualquier relato corto que elija la suerte, logra tal equilibrio entre todo lo que expresa con tan pocas frases que como su apellido, riza el rizo, y convierte un espacio circular abierto en una “areola literaria” llena de terminaciones nerviosas que estimulan la fantasía.
Y es que Juan José con un papel y un lápiz entre las manos sabe lo que hace.

Nadie encendía las lámparas. Filisberto Hernández



Los relatos de Filisberto forman parte de la nebulosa de la que partieron los cometas. Ese fondo de materia en expansión donde tuvo lugar la formación de esas enormes bolas cuyas colas iluminadas dejan un rastro indeleble en las generaciones que los leemos en el cielo literario. Esos enormes trazos en el firmamento llamados García Márquez, Vargas Llosa, Cortazar y tantos otros. Seguir el rastro hasta conocer dónde confluyó tanta brillantez hace necesario el indagar en las colas que van dejando tras sus entrevistas, sus prólogos, sus discursos ante los grandes premios. Es ahí donde aparece el origen de sus big bang literarios y donde aparecen nombres como el de Filisberto, aportado por estos fenómenos estelares, como explicación a sus Macondos, sus Cachorros y Rayuelas.
Filisberto era uruguayo. Curiosamente, si a él le siguiéramos su cola en busca de sus orígenes comprobaríamos cómo su nebulosa fue posible gracias a su abuela de Gran Canaria y a su padre Prudencio Hernández, de Tenerife.

Una pantera en el sótano. Amos Oz



Apenas llega a las 233 páginas. ¡Qué pena!
Leer las aventuras del niño judío Profi, durante la ocupación británica en 1947 de Palestina antes de ser creado el estado de Israel, viene a ser como la tentación por coger aquel bote de leche condensada guardado celosamente en la alacena. La tentación de solo dar una chupada en uno de aquellos dos agujeros negros sobre el disco metálico, de sentir la boca empalagada, llena de dulzor; de notar su menor peso al volverlo a colocar en el mismo lugar, con el dibujo de la lechera mirando al frente, tal cual lo dejaba tu madre. Así es la lectura de esta pequeña obra de arte de Amos Oz.
Solo una chupada, solo un capítulo, te dices. Deja algo para mañana, y cuando te vienes a dar cuenta el bote está vacío, con esa sensación de traición que le inculcan sus amigos a Profi por aceptar el intercambio de clases de hebreo e inglés con un sargento de la policía británica; relación que él ha aceptado pensando en sacarle informacón al “enemigo”. Y aún a sabiendas que por desgracia el libro se acaba, continuas leyendo, chupando capítulos, con la misma emoción en las entrañas de saberte, inevitablemente, descubierto por tu madre, oyendo la reprimenda tras la que era capaz de esconder su sonrisa.