Buscar título en este blog

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE. Fernando Sabater.


Ambientada en el mundo de las carreras de caballos. Los propietarios de dos cuadras, el Dueño y el Sultán quieren ganar la Gran Copa. El uno quiere humillar al otro, derrotando a sus caballos, como si los corceles representaran su dignidad, No me quedo claro el final. Tampoco es una novela para recordar. La inmensa mayoría de los lectores, por no de decir la totalidad, la ponen verde.
En el aspecto positivo: las frases desordenadas que he colocado en el FORO.
Por la cantidad de veces que lo he pensado, hablado y experimentado (sobre todo cuando se van cumpliendo años), transcribo, por el interés que considero que tiene, el siguiente párrafo que se encuentra en la pág.118:
Hasta los treinta años, los humanos somos capaces de vivir a nuestro aire porque la naturaleza cuida de nosotros. El niño puede saltar, trepar o meterse en agua helada para experimentar que siente, el adolescente y el joven pueden comer basura, emborracharse, bailar hasta la extenuación en cuchitriles mal ventilados o pasarse la noche sin dormir: da igual, la naturaleza nos tiene a su cargo, repara los daños y minimiza los riesgos.
A partir de los treinta el panorama comienza a cambiar, la naturaleza nos atiende con mayor desgana y racanería. De los cuarenta años en adelante la madrastra Natura nos abandona por completo y se muestra indiferente a nuestras cuitas.
De los sesenta para arriba la naturaleza se vuelve francamente hostil  y nos persigue con todo tipo de trampas o dolencias. Ni nos cuida ni le resultamos indiferentes, sino que para sus planes estamos de sobra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario