No doy para más. He leído el libro. Me
han gustado muchas frases, me he perdido y vuelto a hallar. No sé. Será esta
atmósfera plomiza del tedio provocada por el confinamiento. Lo cierto es que
mejor copio y pego lo escrito en la contraportada.
Nos hallamos ante una obra maestra, un
«tour de force», una novela originalísima, desconcertante y diabólicamente
divertida, que figura entre las preferidas de su propio autor y en la que
refulge, de forma inigualable, su alambicada ironía y su mortífero humor.
"Pálido fuego" se presenta como la edición póstuma de un largo poema
escrito por John Shade, gloria de las letras norteamericanas, poco antes de ser
asesinado. En efecto, la novela consta del susodicho poema, más un prólogo, un
voluminosísimo corpus de notas y un índice comentado del editor, el profesor notas y un índice comentado del
editor, el profesor Charles Kinbote. A través de sus prolijos y entrometidos
comentarios sobre el poema, sobre su amistad con Shade los meses anteriores a
su muerte, y sobre el lejano reino de Zembla, que tan precipitadamente tuvo que
abandonar, Kinbote va trazando un hilarante autorretrato, en el que acaba por
delatarse como un individuo intolerante y altivo, excéntrico y perverso, un
auténtico y peligroso chiflado. En este sentido, podría decirse que
"Pálido fuego" es también una novela de intriga, en la que al lector
se le invita a tomar el papel de detective.
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