Al conmemorarse el Día
Internacional de la Mujer y el Día Internacional de la Mujer Rural he tenido la
inmensa suerte de encontrar estos dos libritos.
La mujer ese ser que
lleva un hijo durante nueve meses en el vientre y toda la vida en su corazón,
ha sido injustamente tratada, pues desde edad temprana ha tenido que trabajar y
sufrir.
En la época en que
sitúa los personajes Mastretta natural de Puebla (México), la mujer era educada
para tener marido, hijos y casa, ese era todo su pobre horizonte, aunque en
muchos aspectos, sean muy capaces de eclipsar a los hombres. Mujeres de ojos
grandes muestra una serie fruto de la imaginación de la autora a las que llama
tía; la tía es la hermana del padre o de la madre en relación con una
determinada persona. En mi caso las tías por línea materna se llamaban: Antonía,
Aurelia y Conchita. En el caso que nos ocupa son 36 tías que dan origen a igual
número de capítulos, aunque unos más extensos que otros, escritos con una exquisitez
que le pertenece sólo a la mujer. Anécdota curiosa es la mención que hace del
tío Abelardo, utiliza algunas palabras para las que necesariamente hay que emplear
el diccionario. Se detiene en una abuela que ha cumplido 103 años, la cual
tiene vivos a cinco de sus hijos, y le han dado nada menos que setenta y dos
nietos.
La lectura es
entretenida y sorprendente dando al final un consejo para la vida: “No arruines
el presente lamentándote por el pasado ni preocupándote por el futuro”.
En el caso de “la mujer
teguestera” las dificultades eran aún mayores, pues a la condición de mujer se añadía
el tener que vivir en el mundo rural con lo que tenía que dedicarse a labores
del campo y al cuidado de los animales. En este caso han abierto su corazón
veinte mujeres extraordinarias que hacían con su trabajo lo posible y lo
imposible por el bienestar de su familia. Nacieron en los años 30 época de
guerra y de dificultades para obtener alimento, pues había bien poco para comer
y tenían que emplear la imaginación para poder subsistir. La más longeva de
estas heroínas es Dª. María la maestra que ha alcanzado la edad de 92 años y
nunca le puso ninguna dificultad a ningún niño, pues la puerta de su
escuela siempre permanecía abierta.
Otras mujeres tuvieron que emigrar a Venezuela donde se casaron con maridos que
eran del mismo pueblo, regresando al pasar el tiempo nuevamente a Tegueste, una
extensa zona próxima a La Laguna que abarcan los caseríos del Portezuelo, las Toscas,
el Socorro, Pedro Alvarez y el propio núcleo Teguestero.
El libro nostálgico y
emocionante ha sido editado por el Ayuntamiento de la Villa de Tegueste como homenaje
y reconocimiento hacia la Mujer.