Al seguir las aguas del
Danubio, descritas por Magris, se encuentra en su delta este lipovano: Istrati.
De vocación escritor, hasta
el punto de intentar suicidarse al no lograrlo. De profesión autodidacta, fue
rescatado para las letras por el escritor Romain Rolland para convertirse en el
Gorki rumano.
A caballo entre Las mil y
una noches y la filosofía novelada, Istrati teje una serie de historias de
fácil y bondadosa lectura donde europeos y turcos se dan la mano y se clavan
espadas, al tiempo que inserta sus disquisiciones con Dios.
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