Lleva por título el de la
capital de Corea del Norte y versa en torno a las incongruencias de una
dictadura como la que allí se ha desarrollado. Al ser un cómic sus viñetas facilitan
hacerse una idea de cómo vive un norcoreano y cómo lo hace un trabajador occidental
que allí acuda, mayoritariamente por pertenecer a ONGs.
En un estado donde la verdad
es todo menos inmutable, al extranjero se le impone un guía oficial. Con él no
puede hablar de los campos de reeducación pues allí no solo ingresa el cerebro
mal pensante sino el de toda la familia. Ha de seguido seis días a la semana ya
que el séptimo debe entrenarse para los grandes acontecimientos. Nada puede
hacer ese día el extranjero que no sea triangular los tres hoteles donde se
hospedan las delegaciones pues la ciudad queda vacía. Tan vacía como lo está de
personas con alguna discapacidad pues Corea del Norte carece de ellos s
sabiendas que en cualquier otra parte del mundo pueden llegar a ser un 7 a 10%
de la población.
Se aprenden muchas más cosas
al leer este cómic. Pero para ello hay que leerlo.
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