Buscar título en este blog

Sueños y discursos. Francisco de Quevedo

Paréceme que Don Francisco debió ser hombre de dormires muy inquietos en los que presentárensele alguaciles y sastres por doquier, junto con boticarios, médicos y escribanos con los que a gusto se despachaba a mamporrazos. Es de suponer que trocase a la mañana su esfuerzo onírico con la porra por el uso de la pluma y de esa forma habrán surgido estos discursos sobre lo soñado que no dejan títere con cabeza.
Como ejemplo sirva el siguiente párrafo acaecido en el averno.
Pero el pleito más intrincado y el caso más difícil que yo vi en todo el infierno fue el que propuso una mujer condenada con otras muchas que estaban por putas enfrente de unos ladrones, la cual decía.
-Decidnos, Señor, ¿Cómo ha de ser esto del dar y el recibir, si los ladrones se condenan por tomar lo ajeno y las mujeres por dar lo suyo? ¡Aquí de Dios, que el ser puta es ser justicia, si es ser justicia dar a cada uno lo suyo, pues lo hacemos así!

No hay comentarios:

Publicar un comentario