Buscar título en este blog

La caballería roja. Isaak Bábel.



Escrito en 1919, los cuentos de Bábel, dejaron entrever cierta disonancia entre las teorías de Lenin y Trotsky con la praxis de aquellos ideales. La caballería ataca y defiende posiciones en la guerra ruso polaca. Como es de esperar siempre hay judíos de por medio.
Los gerifaltes soviéticos le afearon al escritor el que no cantara la grandeza épica de la Nueva Rusia y fijara su atención en rostros de ancianos a los que la guerra les pasa por encima sin que sepan qué tienen que ver con ellos los conflictos entre fronteras.
Amigo de Gorki pudo continuar su labor bajo su amparo hasta que llegó Stalin y sus purgas.

LA SOMBRA DEL CIPRÉS ES ALARGADA. Miguel Delibes.

   
El autor nace y muere en Valladolid y con esta su primera novela obtiene el Premio Nadal allá por 1947. Obtuvo destacadas distinciones literarias y fue propuesto en varias ocasiones para el Premio Nobel de Literatura.
El protagonista, Pedro, al morir sus padres, es tutelado por un tío que le envía a Ávila para que el maestro Mateo Lesmes se encargue de su educación y su manutención. La vida de Pedro es difícil en la casa del maestro puesto que es pesimista y corto de miras hasta que, llega otro alumno, Alfredo, con el que se siente identificado pero una enfermedad se lo lleva, lo que le provoca una fuerte depresión. Pedro termina el Bachillerato y contra la opinión de su tío y su profesor decide ser marino para lo que estudia en la Escuela Náutica de Barcelona. Al terminar hace prácticas en el barco San Fulgencio donde completa 400 días de trabajo, lo que le hace merecedor del grado de capitán de la marina en el barco Antracita. En uno de los viajes hacia el puerto de Providencia observa que un barco está a punto de hundirse pero logra rescatar a sus tripulantes entre los que se encuentra Jane de la que se enamora; Pedro no tenía amigos, no quería compromisos con nadie, posiblemente traumatizado desde la dura infancia, no obstante hace amistad con Luis Bolea piloto de la embarcación donde viajaban los náufragos. 
Una noche entra en un bar y se sorprende al ver a Martina, (hija del maestro Mateo) tocando el piano; le cuenta los pormenores de su vida y deciden regresar a España donde emprende la búsqueda de Jane que le tenía cautivado, después de muchos intentos la encuentra y al final triunfa el amor y deciden casarse. Posteriormente  Pedro cae enfermo y se aloja en casa de Luis donde la suegra Dª. Sole le indica que hay que:<< aprender de la senda pacifista y, de las fatalidades hay que quedarse con la fortaleza y la esperanza de que todo mejorara>>. El marino  compra una casa en España la arregla y amuebla, sería el lugar donde piensa vivir y alcanzar la felicidad con su familia, pero al llegar a tierra americana para recoger a Jane, estando en la maniobra de atraque ocurre un accidente cayendo el coche al mar donde muere Jane y el hijo que esperaba.
La novela es una perla, nacida de una mente privilegiada que escribe de manera sencilla y cristalina siendo la lectura un verdadero placer; describe la ciudad de Ávila con todo género de detalle, tal es así que parece que caminas por el lugar; aunque tiene un final inesperado e inimaginable, no  parecía creíble que lo que ocurría fuera el trágico desenlace; por otra parte a lo largo del libro apunta: <<si dos viven juntos uno tiene que enterrar al otro>>.

Mal encuentro a la luz de la luna. W. Stanley Moss.



En Creta, dice la cosmogonía griega, nació Zeus. En una cueva. En ella estuvo Stanley Moss alojado para esconderse del enemigo.
En Creta, durante la Segunda Guerra Mundial, el contingente militar estaba integrado por alemanes e italianos, los “andartes” o milicia local y unos pocos ingleses. Entre ellos el autor de este diario. En él relata las peripecias efectuadas durante los preparativos para secuestrar al general nazi, Kreipe; el día del secuestro y el tiempo que debieron vivir hasta lograrlo embarcar hacia El Cairo.
Todo ello en una maniobra de distracción para hacer creer al alto mando nazi la credibilidad de un desembarco aliado por esa isla para continuar camino hacia los Balcanes. En realidad fue Sicilia la isla escogida.

Gottland. Mariusz Sczygiel.



Gottland es el museo dedicado a Karel Gott. Un embajador de su país al igual que lo pudiera ser Julio Iglesias. Más de cuarenta premios, año tras año, como Ruiseñor de Oro.
Pero también se refiere a la tierra de Gott, la Checoesloquia del Febrero Victorioso en 1948, que sumió al país en más de cuarenta años soviéticos. Se refiere a su vez a la Primavera de Praga, que en 1968, de la mano de Dubček, miró para occidente sin permiso.
Para ello traza un recorrido psicosocial por el país al aprovechar la emprendedora familia Bata. (Y yo que seguía en la idea de que cuando mi madre me llevaba a la calle de Las Tiendas, a doña Lola la de Bata, para comprarme unos zapatos, acudía a la tienda de doña Lola, la mujer de don Bata). Familia que creó empleo y hasta ciudades en Brasil, India y Canadá al aprovechar el modelo de ensamblaje del automóvil de Ford, aunque no el derecho a la huelga. También aprovecha para retratar el humor checo al usar el monumento más grande jamás construido a Stalin o a la actriz Lída Baarová que enamoró a Goobbels, jefe de propaganda nazi, así como al grupo de rock The Plastic People of the Universe que trajo de cabeza a las autoridades checas por los 70-80. 

Una comida en invierno. Hubert Mingarelli.



Tres soldados, apesadumbrados por la carga moral que implica pertenecer al pelotón de fusilamiento, solicitan eludir el mal trago de disparar a sangre fría a cambio de salir por los bosques congelados en busca de judíos que acabarán siendo fusilados.
Consiguen dar con uno, lo hacen prisionero y, de vuelta al campamento, pasan la noche en una cabaña. Durante la cena surge la duda. Vivir dando la libertad al judío, a pesar de saber que no volverán a escapar de verse encañonando a los siguientes prisioneros o entregarlo para disfrutar de libertad y salir en su busca pero no tener que matarlos.