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Sin trama y sin final. Antón P. Chéjov


 

Consejos de ayer para escritores de hoy. No dejan indiferente por su actualidad tras ser escritos por uno de los padres del cuento y de la literatura rusa.

El viaje de los cuerpos celestes. Javier González.


 

A finales del siglo XVI el piso de una huerta cerca de Roma se desploma y por él se puede acceder a unas catacumbas cristianas. Ante el avance de luteranos y calvinos los restos encontrados en la misma serán usados para crear la mayor campaña católica de la época. Sus esqueletos serán llevados por Suiza y Alemania como reliquias santificadas con propiedades milagrosas.


Piedra, papel, tijera. Maxim Ósipov.


 

Un buen retrato a base de relatos de la Rusia post comunista. Los problemas de la vida diaria vistos por un cardiólogo y a la vez escritor disidente en cuanto a pensamiento de lo vivido y de lo que está ocurriendo en las nuevas formas de corrupción y violencia cotidiana escritos con humor, ternura y la promesa de redención.                                                                                            


Yagudin. Philippe Ségur.


 

Yagudin es un misterioso personaje afincado en Noruega que un padre inventa para contar a sus hijas sus tenebrosas peripecias antes de que se duerman. Al tiempo el narrador quiere escribirlas pero se encuentra con el síndrome de la página en blanco. El padre, profesor de universidad, acabará envuelto en su propia historia con un desenlace propio del suspense psicológico.


Breve atlas sobre los faros del fin del mundo. Gonzalezmacías.


 

Lectura refrescante (mar) e iluminadora (faro) y breve (34 de los casi 30000) que existen repartidos por la geografía mundial. Pero cada uno de ellos con su historia particular. El que fue llevado por piezas después de alumbrar en tierra, el que ha sido trasladado de lugar unos metros tierra adentro para que una duna no lo engullera, los que tienen su propia leyenda negra, los imposibles de que continúen en pie con el oleaje que los abate, el que cuyo farero era ciego, el que sirvió de prisión, como muchos de ellos, como ejemplo más actual el que en Sudáfrica sirvió para retener a Nelson Mandela.


Un caso acabado. Graham Greene.


 

Un arquitecto de fama huye de sí mismo al Congo. Desembarca en el lugar más alejado y último al que puede llegar el vapor que por el río lo traslada. Allí se instala entre una comunidad de monjes, monjas y un una leprosería llevada por un médico. Elementos suficientes para que Greene despliegue las vicisitudes del ser humano. Interesantes duelos entre ateísmo y fe junto a la imposibilidad de escapar de una fama que persigue al protagonista hasta el fin de sus días envuelto todo por unas soberbias descripciones de la selva africana.


El paciente inglés. Michael Ondaatje.


 

Tras la segunda Guerra Mundial una enfermera británica junto con otras tres personas se queda a cuidar de una de ellas en una pequeña villa italiana. Cuida a un inglés que ni bien saben cómo ha llegado hasta allí tras sufrir quemaduras. El otro es un hindú artificiero que desmonta bombas para el ejército británico y el tercer hombre un antiguo ladrón. Sale a relucir durante los cuidados la época de las exploraciones por el desierto y la actividad del paciente inglés como espía de las campañas inglesas y alemanas desde Libia a El Cairo.


En la Patagonia. Bruce Chatwin.


 

A Bruce, de pequeño, le impresionó un trozo de piel conservado en su casa. Es la de un brontosaurio que envió un familiar nuestro desde la Patagonia, le dijeron.

Con esa imagen en mente inició años más tarde (década de los 70) un recorrido por los vastos territorios patagones tanto argentinos como chilenos.

Durante el mismo, siempre con la mente en el brontosaurio, persigue la huella de personajes de lo más variopintos a camino entre la ficción y la realidad. Aparecen así propietarios de inmensos terrenos tanto ingleses como irlandeses y alemanes que hicieron las américas con la producción de lana y de carne bovina mezclados con forajidos del oeste americano perseguidos por sus cargos de asesinatos y robo de trenes. A finales del siglo XIX. A su vez su relato se adentra en las grandes expediciones desde que Magallanes sorteara el estrecho así como en el origen de muchas de las ciudades por las que pasa como la de Paso Roballos donde encuentra a un anciano arrendatario de una estancia que añora su terruño. Terruño que no es otro que Tenerife.

Resultó ser que la piel del brontosaurio no fue tal. Perteneció a un megaterio. Un antepasado del perezoso actual.


La historia de San Michele. Axel Munthe.


 

La historia de San Michele ha sido una obra que los críticos han clasificado con dificultades. Unos vieron en ella una autobiografía; otros, las memorias de un médico. Pero se trata de un documento literario y humano mucho más excepcional, con esa extraña sencillez de pensamiento que es en frecuencia atributo del genio.
A los 18 años Munthe visitó Capri y desde entonces se propuso crear su hogar allí. Años más tarde construyó, tal y como deseaba, una villa a la que llamó "San Michele" en el punto más alto de la isla de Capri, en el lugar que ocupara anteriormente la villa del emperador romano Tiberio. Munthe pasó la mayor parte de su vida adulta en "San Michele".


Anatomía de la Inquietud. Bruce Charwin.


 

Chatwin reactivó el libro de viajes con su libro En la Patagonia (1977). Aunque su estilo literario ha sido blanco de las críticas su pasión por viajar y el hecho de sus sólidos conocimientos en el mundo del arte y la prensa al comenzar como mozo en la casa de subasta de objetos de arte Sotheby &Co y ser columnista de los más variados periódicos respectivamente, le aúpan en esa pléyade de escritores imprescindibles de todo viajero. 

Anatomía de inquietud reúne una selección de lo mejor de lo numerosos escritos marginales que facilitan una suerte de guía de Bruce Chatwin así como un conjunto de fuentes que permiten acceder a su vida y obra donde la inquietud, la curiosidad y el ser incapaz de estarse quieto definen las geografías visitadas, las costumbres de los pueblos visitados y su capacidad crítica.


LA CONJURA DE LOS NECIOS. John Kennedy Toole.

    

     John Kennedy Toole, fue un novelista estadounidense, autor de la obra, ganadora del premio Pulitzer de ficción en 1981.El autor se suicido en 1969 tras no conseguir publicar la novela que fue editada once años más tarde gracias a la insistencia de su madre.

El tema propuesto para octubre fue el humor¨¨, algo que en principio parecía interesante, buscando información aparece en primer lugar ´´ la Conjura de los necios¨´, libro que estaba disponible en nuestra biblioteca; estando en ello aparece nuestra compañera Raquel que lo tenía en primer lugar en una lista de preferencias, pero le dijeron que estaba prestado. El libro es fruto de la imaginación del autor y aunque no lo encontré muy atractivo está bien escrito. El protagonista Ignatius vive con su madre, responsable de que le publicaran el libro. Al principio me llama la atención la mención a Abelardo Thomn Becket (noble, político y religioso católico ingles).Al protagonista lo echan del trabajo en una oficina de una fábrica de vaqueros y a continuación vende salchichas por la calle. El cuerpo de letra es pequeño para nuestra edad y estuve esperando a que apareciera el humor inteligente, pero ello no hizo acto de presencia en ningún momento. En el desarrollo menciona con alguna frecuencia a Boecio (filósofo y poeta latino) al que se refería también el catedrático de Lengua y Literatura don German de Granda cuando daba sus clases en el Instituto de Canarias.

El libro se lo hubiese cedido a Raquel pero entonces no lo hubiera leído. Es cierto el que no lo volvería a leer. Si se llevara al cine sería la película que todo el mundo desea rodar pero nadie quiere financiar.

Nunca lo hubiera dicho.


 

Interesante recorrido por la evolución del castellano a lo largo de la historia. Ameno paseo que ayuda a comprender la actividad que realiza la RAE, tan puesta en solfa cada vez que aparecen nuevas reglas gramaticales. Pero es que el lenguaje con el que nos comunicamos está sometido a continuos cambios. En ocasiones se puede seguir la genética de una palabra desde sus orígenes griegos y latinos hasta la actualidad. De ellas, algunas aparecen y desaparecen en el tiempo, otras permanecen pero con diferentes acepciones. También las hay que se incorporan desde otros idiomas como el inglés y el francés cuando sus imperios fueron dominantes. O bien hay palabras necesarias para las nuevas tecnologías o aquellas que usan los jóvenes así como el que cada país de habla hispana aporta y se incorporan  donde el castellano llevado a esos países se fundió con el lenguaje de los nativos constituyendo uno de los idiomas más hablados en el mundo.


Historias verdaderas. Luciano.


 

El propio Luciano de Somosata refrenda el título de su obra al decir: "Diré una verdad al decir que miento". Organiza un viaje fantástico, imposible, con episodios ocurrentes y extravagantes que proporcionan un buen entretenimiento y que parodia a las novelas fantásticas de la época de las que la odisea supuso la piedra angular. Desfilan por su periplo personajes de fantasía como los cabalgabuitres, los corchópodos, los cabalgadelfines e incluso hombres que navegaban boca arriba sobre el agua gracias a sus enormes falos de los que enarbolaban el velamen.

No es de extrañar que se le considere precursor de Los viajes de Gulliver y de las andanzas de Don Quijote.


Los fuegos de otoño. Iréne Némirovsky.


 

Bonito recorrido por la otra historia, la que no se cuenta. La vivida por las personas de a pie antes de inicio de la Gran Guerra hasta mediados de la II Guerra Mundial. Realiza Némirovsky un excelente retrato de las consecuencias de la guerra en una familia francesa que la sufre y que al mismo tiempo le ofrece oportunidades de mejora en el tiempo entre guerras gracias a lo sencillo que fue crear riqueza sin escrúpulos. Fueron años locos en los que todo valía y que desembocaron en una Europa en ruinas tras su inicio en 1939 con un desenlace agridulce para toda la familia de los Braum. 


Niveles de vida. Julian Barnes.


 

Juntas dos cosas que no se habían juntado antes. Y el mundo cambia. Así empieza el primer capítulo de este libro que habla de los inicios de la aeronáutica en globo.

Juntas dos cosas que no se habían juntado antes y a veces funciona y otras veces no. Así empieza el segundo capítulo y habla sobre algunas relaciones que tuvieron lugar gracias a los viajes en globo como fue el caso de la protagonizada por la actriz Sarah Bernhardt.

El tercer y último capítulo que lleva por título La pérdida de profundidad comienza de igual manera pero deriva hacia lo que ocurre cuando una de las partes que se había juntado desaparece y se inicia el proceso de duelo.


El jardinero, el escultor y el fugitivo. César Aira.



Tres cuentos en torno a la depresión. Un escritor se acostumbra a que su jardinero opine sobre sus escritos y queda desarbolado cuando el jardinero entra en depresión y pierde su confianza. El escritor se adentra en el jardín cuidado por el jardinero en busca de una explicación. Un escultor en la antigua Grecia busca solución para su deprimido asistente a través de un accidentado viaje hasta un oráculo. Un hombre de vida anodina decide convertirse en fugitivo para dar sentido a su vida. (Este último el que más me gustó).




Arqueología de la mirada. La obra fotográfica de Luis Diego Cuscoy.


Interesante resumen del fondo fotográfico del legado de don Diego. Su personalidad polifacética a través de sus fotografías. Poeta, maestro comprometido, arqueólogo pionero, etnógrafo, antropólogo y cronista de su tiempo facilita la clasificación de imágenes en seis grandes temas: personales, arqueológicos, de naturaleza, de paisajes urbanos y construcciones, de etnografía y cultura popular y de paisanaje.

Un invierno en Lisboa. Antonio Muñoz Molina


 

Ambientada en lo mejor de la novela negra americana y con sonidos  musicales de jazz la trama discurre entre varias ciudades europeas con su desenlace en Lisboa. De por medio unos tratantes de arte, un grupo musical y una mujer se ven envueltos en la desaparición de un cuadro de Cézanne.  

Nosotros en la noche. Kent Haruf.


 

La soledad empuja a la protagonista a sus 70 años a tocar en la casa de uno de sus vecinos para hacerle una propuesta: que se venga a su casa, nada de sexo, solo compañía. De esta forma se inicia una nueva relación de pareja en un pueblo de interior de EEUU, con sus habladurías y sus intrigas ante la desaprobación de algunos y la sana envidia de otros. En liza un nieto de hijos separado que acaba encontrado en sus nuevos progenitores el asiento a la problemática de sus padres. Padres, que a la postre, serán decisivos en el desenlace de una novela sencilla y que se lee de un tirón.

Fue llevada al cine en el 2017 con Refort y J. Fonda como septuagenarios.


María de Betancourt. Experimentar e innovar en la Ilustración Canaria. Ana María Delgado. María Cristina. Elena Casañas.


 

Es obra que vale la pena tener en las manos. Su cuidada redacción, la estructura de la misma, la fotografía convierten su lectura en un placer que facilita descubrir la figura de María Betencourt y el paso de la Ilustración por el norte de Tenerife de la mano de una mujer que aplicó el método científico como medio para hacer avanzar el conocimiento tanto en la calidad de la seda en función de la alimentación de los gusanos con moral negro o con morera blanca, así como en el uso de los colorantes obtenidos a partir de la cochinilla y el durazno y el trenzado de la seda. Una actividad, la sericultura, que a inicios de 1800 contaba con múltiples telares hasta encontrar su último reducto en la villa de Mazo en La Palma.


Los niños de Montgomery. Richard Perry.


 

Richard Perry relata la vida de la comunidad negra en el pueblo americano de Montgomery a partir de la fecha en la que deciden talar un bosque (1950) a las afueras de la ciudad para crear un hipódromo. Durante treinta años desfila el crecimiento de la ciudad y autopistas a su alrededor al tiempo que evoluciona la vida de aquellos niños y niñas que vieron desaparecer las lombrices y aparecer las primeras relaciones sexuales, la venta de drogas y otros logros del progreso mientras se comparaban con los ciudadanos blancos.

Curioso es que la búsqueda en google del autor, nacido en el Bronx en 1944 no ofrezca mayores resultados que los de la venta del libro en librerías de segunda mano, pero nada del escritor.

Teniente Bravo. Juan Marsé.


Cuatro historias. La primera ambientada en la Cataluña de post guerra en torno a una librería que vende libros en castellano y catalán cuya propietaria a falta de marido exiliado a Francia le hacen imposible la vida los “flechas”. Otra de ambiente cinematográfico donde guionista y director discuten sobre la película a editar mientras en una sucursal bancaria, antiguo cine, una dependienta se cruza con actores de Hollywood. La tercera da título al libro y en ella el teniente Bravo realiza cinco saltos aleccionadores delante de la tropa a un potro de salto. La cuarta relata el mundo editorial catalán a raíz de unas páginas copiadas por un autor novel.   


 

El boxeador polaco. Eduardo Halfon.


 

Curiosa forma de engranar los relatos la de Halfon. No solo por la mezcla judaica guatemalteca en la que aparecen recetas del país latino, palabra en dialectos indígenas y su deambular tras la huella de los recuerdos de su abuelo sino por cómo salta de un país al otro para mezclar, probablemente, vivencias personales con literatura.


La velocidad de la luz. Javier Cercas.


 

Interesante propuesta en torno a la guerra de Vietnam por partida doble al tiempo que se desgrana la literatura con las formas de novelar. En realidad más que a la guerra en sí lo que se cuenta a la velocidad de la luz, por su fácil lectura a pesar de sus amplios párrafos de dos y tres páginas sin un punto y aparte, es lo vivido por un soldado en esa guerra y cómo afectó a su vida al tiempo que lo vivido por un proyecto de escritor que coincide con él en una universidad americana y cómo afectó a su vida durante los diecisiete años en los que mantuvieron contacto.

Dulce compañía. Laura Restrepo.


Dos décadas antes de que acabara el siglo anterior se dio un caso en los altos de Icod Alto, en Los Realejos. En la pared de una cueva, que se encuentra más arriba de La Corona, se podía ver el reflejo de una virgen en la pared que pronto adquirió fama y fue lugar de peregrinación hasta que el sentido común disolvió la fuente de ingresos de algunos acólitos.

Dulce compañía explora este tipo de manifestaciones. Esta vez con un ángel y en un barrio marginal de Bogotá a donde es enviada una periodista para cubrir la noticia. Esta se involucra de tal forma en el movimiento generado por tal aparición que acaba envuelta junto con Orlando, el hermano  de Orifiel el ángel, en las decisiones de la madre. Una exmonja llamada María Crucifija y la animadversión del cura del barrio de Galilea.


El maestro Juan Martínez que estaba allí. Manuel Chaves Nogales.


 En Poética, Aristóteles, da a entender la importancia de lo verosímil en el teatro. No necesariamente lo representado ha de ser verdad pero debe ser creíble. La vida de Juan Martínez, cierta a la pluma de Nogales, tiene tantos avatares que pareciera verosímil.

Burgalés, bailador de flamenco, junto con su pareja, Sole, embarca hacia Turquía para hacer las Américas. Sube a San Petersburgo antes de octubre de 1917 y allí los envuelve la Revolución. 

La que fuera luego Leningrado, Moscú, Kiev y Odessa sirven de escenario para contar las peripecias entre champán junto a la alta burguesía del antiguo régimen y el miedo a la Checa, del nuevo. Entre ambas, infinidad de vivencias sobre la Revolución, la Contrarrevolución  y la definitiva instauración del régimen bolchevique hasta que logran embarcar y dejar atrás tanta barbarie.


García Ramos, con la Historia como marco narrativo, desarrolla una atractiva ficción literaria a partir del hecho cierto de que el legendario mencey de Taoro, Bencomo, fuese regalado por los Reyes Católicos al dux de Venecia como una exótica criatura.

El escritor y catedrático de filología española de la Universidad de La Laguna, se plantea en este nuevo libro dar respuesta a los interrogantes sobre los posibles pasos del guanche en la Venecia del Renacimiento europeo, de forma paralela al desarrollo de la historia de Canarias en ese momento crucial tras la conquista. García Ramos ofrece sus particulares claves sobre los poco conocidos hechos que tuvieron lugar aquella época.

Información tomada de la web: Traficantes. Net


Solaris. Stanislaw Lem.


 

Solaris es un planeta a millones de kilómetros de la Tierra. Lleva décadas siendo estudiado hasta el punto que tiene una base fija que malvive suspendida a unos cuatrocientos metros sobre la superficie de uno de los pocos islotes que configuran el planeta. Es resto es un plasma, una especie de mar gelatinoso capaz de crear excrecencias gigantes capaces de imitar grandes ciudades y paisajes inhóspitos desconocidos por el hombre. Su materia ha sido traía a la tierra para su estudio pero poco se ha avanzado.

Has allí llega Kelvin para estudiar el planeta y tratar de establecer Contacto con él.

¿Por qué los humanos nos empeñamos en establecer Contacto? ¿Y si la otra parte no lo quiere, no lo necesita? ¿Y, si simplemente, no hay forma de establecerlo? Ciencia ficción de la buena.


Los años extraordinarios. Rodrigo Cortés.

 

Quienes saben que gusto de la lectura suelen regalarlas en fechas navideñas. Se produce así una renovación en títulos y autores. En unas ocasiones precedidos por consejos y en otras por propia iniciativa. Elegir un libro, como cualquier otro regalo, en unas ocasiones se hace en función de quien recibe y en otras de quien obsequia. Y no siempre se acierta aunque sea un tragaldabas el lector. Al menos, tras casi las primeras cien páginas. De ideas ocurrentes, para otra ocasión queda, cuando me aventure más allá a ver si doy con el gusto por su lectura. 


Judíos errantes. Joseph Roth.


 

El problema judío visto por un judío en la década de los treinta. Lectura de varios artículos que sirvieron al autor para hacer entender lo que se avecinaba allá por 1937 en un intento por clarificar las costumbres del pueblo judío desde una perspectiva objetiva. Esclarece así las formas de vida tan diversas que adopta el pueblo judío cuando vive de forma permanente en los principales países de Europa de acogida como Alemania, Austria, Francia y Rusia. Al tiempo que explica lo que ocurre cuando errantes cambian de país y también de estatus económico o se adaptan las nuevas generaciones de hijos y nietos. Una forma de entender la vida de quienes ya en esa época aspiraban a conformar una nación y de desmitificar tanto prejuicio que aún existe alrededor de sus capacidades para el comercio.


El misterio de la carretera se Sintra. Eça de Queirós. Ramalho Ortigão.


 

El misterio lo fue doble. Por una parte, la historia en sí. Con ese carruaje en el que va un doctor y su amigo al que unos enmascarados le dan el alto, entre Sintra y Lisboa, y son secuestrados para que certifiquen la muerte de un inglés. A partir de este entuerto continua todo el desenlace del porqué del asesinato.

El otro misterio es el que los dos autores provocaron en la población lusitana. Los diferentes capítulos fueron enviados, como era costumbre en el siglo XIX al periódico de tal forma que estimularon en los lectores el que se involucraran en la resolución del misterio por lo que junto con sus cartas noveladas aparecieron otras que aseguraban el ser testigos de algunos de los lances vividos por los protagonistas así como la resolución del misterio.


Signor Hoffman. Eduardo Halfon.


 

El signor Hoffman realiza un periplo por distintos países, entre ellos Italia, Guatemala, Polonia en busca de las huellas de su abuelo, un judío acorralado en un gueto de su país que acabó en un campo de concentración y que finalizó su vida en Guatemala. Durante sus estancias, sus relatos se llenan de vivencias sin mayor trascendencia pero a las que el escritor les saca mucho partido con su particular estilo para contar lo sucedido.


Paraíso. Abdulrazak Gurnah.


 La isla de Zanzíbar como eje de culturas hindúes, árabes y africanas da pie al comercio con el interior de la Tanzania colonial ocupada por los alemanes. En este marco se desarrolla la vida  de esclavo privilegiado del joven Yusuf que acaba siendo predilecto del comerciante que lo acoge a su cargo a cambio del impago por parte de su padre de las deudas contraídas. Se despliega de esta forma toda una serie de aventuras en torno a las caravanas de comercio hacia el interior africano donde concurren las peripecias propias del comercio del trueque junto con el cruce de religiones y costumbres que enriquecen la novela.


El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Tatiana Tibuleac.


 

Diario que ayuda al protagonista a comprender su vida al centrarse en aquel verano que compartió con su madre tras ser diagnosticada de cáncer. Una dolorosa puesta en escena de las consecuencias de las relaciones familiares por parte de un enfermo psíquico que como bien expresa no está loco sino que tiene un genio delirante ya que se ha hecho rico con los cuadros pintados evocados por imágenes de aquel periodo en el que ayudó a su madre.


Los miserables. Victor Hugo.


 

Sin palabras.

El Quijote.

Luego.

Los Miserables.

Estoy solo. Beyrouk.


 

Soliloquio de un periodista que se ve atrapado en una revuelta yihadista en un país africano.

Desde la habitación que le sirve como refugio observa lo que ocurre en las calles y evoca los por qué ha llegado esa nueva barbarie a la zona. Cómo es que amigos suyos han acabado abrazando la nueva religión, el fundamento escrito de la misma y cómo él mismo desde su atalaya informativa al servicio de los poderes anteriores contribuyó a la corrupción que ahora combaten quienes imponen el burka, prohíben el fútbol y el fumar.

Una visión, escrita desde el Sahara que ayuda a comprender el comportamiento humano al tiempo que pone en valor las letras de otros rincones geográficos desconocidos literariamente. 

Las visiones de Lucrecia. José María Merino.


 

Lucrecia es una adolescente que sueña. Sus sueños se los cuenta a su confesor y de la interpretación de los mismos nace una profeta que augura el desastre de la Armada Invencible. Se teje así su carrera meteórica hacia la fama hasta el punto de tener su propio amanuense encargado de escribir el significado de las visiones y de crearse en torno a ella una Congregación con visos a crear un  nuevo mundo. Hasta que Felipe II dice basta y todo el poder de la Santa Inquisición cae sobre ella y comienza su descenso entre cárceles y oficios con el sambenito como futuro.

Lo cierto es que más allá de lo novelable Lucrecia de León existió y sus profecías fueron objeto del Santo Oficio. 


Los hermanos Karamázov. Dostoyevski.


 

Con tiempo para leer, buena lectura es. Es una de esas novelas que por extensa y por párrafos de cuatro a seis páginas en los que no existe un punto y aparte es conveniente leerla por apartados enteros para no perder mucho el hilo. En realidad son solo unos pocos personajes. Un padre déspota, engreído y borrachuso que malcría a sus tres hijos y a uno más que puede serlo o no y que tiene como sirviente (Smerdiakov ). El uso de diminutivos confunde al principio y no es fácil reconocer al único hijo de la primera esposa (Dimitri – Mitri – Mitenka - Mitka) y a los dos de la segunda (Ivan y Alexei - Aliosha).

Es conocida por ser la novela del parricidio más famoso de la historia pero a nadie escapa que supone un estudio psicológico de sus personajes así como de una sociedad rusa (escrita en 1880) que se debate entre abrazar las nuevas ideas de la ciencia y de la inexistencia de Dios que llegan desde Europa o bien continuar apegados a los iconos.


La silla del águila. Carlos Fuentes.


 

Unas declaraciones del presidente de México provocan el cese de las relaciones bilaterales con los yanquis. No solo se corta el suministro de petróleo sino que el satélite se “funde” y deja de dar señal a todo el país por lo que se ha de volver a la comunicación epistolar.

Esto explica la estructura del libro a base de misivas entre quienes pretenden apoderarse de la silla del águila y dirigir los designios del país y quienes han de defenderse.


Plenilunio. Antonio Muñoz Molina.


 

El criminal siempre vuelve al lugar del crimen. De eso va esta novela. Pero se han de dar las circunstancias para que reincida en su intento infanticida. El que sea la luna llena el motivo explica el título. Un inspector que ha llegado “deportado” del País Vasco y aún con la obsesión de sentarse cara a la puerta en los restaurantes y bares, de mirar debajo del coche; su mujer en el sanatorio tras soportar amenazas, llamadas y un marido dado al alcohol para tolerar el estrés; un cura jesuita de la infancia, una maestra de pueblo enamorada, las víctimas y asesino dan pie a una trama que llevan al lector al desenlace tanto de la novela negra, como de la rosa y de la sociopolítica.


Del color de la leche. Nell Leyshon.


Vivir en el siglo XIX no fue nada fácil. Curioso es que hoy en día todavía sigamos con pautas heredadas aunque quizás más sutiles. La protagonista vive en una granja con cuatro hermanas. Su vida se desarrolla con la luz, de sol a sol. Cuidan del ganado, de las gallinas y trabajan la tierra con su padre mientras su madre se encarga de los quesos al tiempo que un abuelo paralítico solo es comprendido por la nieta menor. Una nieta que piensa y habla, y que habla lo que piensa. A falta de más varones en la casa el padre llega a un acuerdo con el vicario y pone a su cargo a su hija menor para que ayude a su mujer enferma. El resto merece la pena ser leído.

Blanco sobre Negro. Rubén Gallego.


 

No es exactamente una autobiografía pero indudablemente los textos, a modo de pequeños relatos, van indisolublemente unidos a la vida del autor. Sus experiencias en distintos orfanatos y asilos pueden, en principio, sernos indiferentes si se ha leído Archipiélago Gulag de Solzhenitsyny otras historias sobre aquella Rusia tras el Telón de acero. Sin embargo, cuando, tal y como se lee en la solapa que su autor, Rubén Gallego, nació en Moscú en 1968, en la clínica del Kremlin donde llevaron a su madre de urgencias gracias a la intervención de su abuelo, Ignacio Gallego, dirigente del Partido Comunista Español en el exilio, donde nacieron mellizos, pero el primer bebé falleció a los pocos días y el segundo, Rubén, afectado de parálisis cerebral, vivió con su madre un año y medio encerrado en un hospital y luego se lo quitaron y le dijeron que había muerto, la Rusia profunda recibe otra vuelta de tuerca a los ideales propuestos por la revolución y al tiempo realza el valor de Ignacio por la naturalidad con la que aceptó sus vivencias hasta dar con la madre en Praga, tener dos hijas y vivir en España a pesar de no recibir jamás una visita de su abuelo.


Las semanas del jardín. Juan Goytosolo.


 

Durante un par de semanas se reúnen un círculo de lectores para debatir sobre la vida de un tal Eugenio. Cada cual aporta lo que ha podido encontrar de este personaje en ocasiones inexistente, en otras, auténtico camaleón que sirve al autor para describir las vivencias de un protagonista  que logra escapar a la represión franquista al verse doblemente envuelto por su posible pertenencia a la lacra roja y por su condición homosexual. Al igual que el propio autor acaba recorriendo la geografía marroquí, donde se asienta, tras supuesto origen canario, como europeo de finos gustos hasta acabar asesinado a cuchilladas en plena calle por un loco sin ser debidamente aclarado quien fue en busca de quien. 

VESTIDAS PARA UN BAILE EN LA NIEVE. Monica Zgustova


 

La escritora asiste en Moscú a una reunión de antiguos presos del gulag donde acudieron mujeres y hombres vitales a pesar de ser mayores. ¿Cómo habrían sobrevivido en aquellas condiciones? Los prisioneros recitaban sus poemas y leían sus cuentos y ensayos que no pudieron escribir porque estaba prohibido anotar cualquier cosa, de modo que creaban los poemas y los memorizaban. Lo que las mujeres encontraron en el gulag fue la amistad: una amistad invulnerable y firme.

Zayara Vesiólaya enseña una pequeña libreta hecha a mano con la poesía que se hacía en el gulag. Irina Emeliónova se enamoró en el gulag de un preso y se comunicaban ocultando los poemas en el muro que separaba el campo de las mujeres del de los hombres.

Valentina Ievleva pasó ocho años en el desierto de Kotlas y tras una brutal paliza en la barraca de la enfermería encontró Guerra y Paz la novela de Tolstói que leyó 4 veces.

Galia Safónova nació en un gulag siberiano y como era lo único que conocía de pequeña lo vivía como algo natural y hasta hoy conserva los libros que las presas confeccionaban para ella en torno a Caperucita.

Elena Korybut había pasado 10 años en las minas de Vercutá, tiene un libro de Pushkin adornado con antiguos grabados.

También hubo extranjeros en el gulag. Jasmina Misik fue arrestada en Polonia y luego enviada a Siberia para refugiarse en Persia e Israel siendo posteriormente enviada a Gran Bretaña.

Conversando me di cuenta de la gran fortaleza del ser humano y de que no hay situación a la que no se pueda sobrevivir

La mujer de Lot. Zayara Vesiólaya.

Zayara es la primera mujer entrevistada que estuvo en un gulag. Estaba con sus amigos celebrando el haber aprobado los exámenes y de repente se oyeron unos enérgicos golpes en la puerta eran de un policía, que preguntaba ¿Quién es Zayara Vesiólaya? Tuvo que irse de casa vestida como para un baile, falda negra, blusa roja con botoncitos y zapatos de tacón. En la calle le esperaba un gran coche que se detuvo frente al temible edificio penitenciario llamado Lubianka. Meses después un coche le lleva a un vagón de tren cargado de ruinas humanas que nos llevaba hacia el norte, a un pueblo siberiano al que nos dirigíamos para trabajar, también iba en el tren Nicolái Bilétov que había preferido llevarse el violín a un abrigo de invierno. Zaraya cumple la pena trabajando en Kzajistan y tras la muerte de Stalín vuelve a Moscú, encuentra trabajo y se casa. Opina que la estancia en Siberia fue enriquecedora pues tenía amigas en las que podía confiar. Murió dos años después de la entrevista.

 Penélope encarcelada. Susana Pechuro.

Susana se levanta a medias pues muchas de las mujeres que pasaron años en el gulag y sufrieron malnutrición cuando sus cuerpos se estaban formando acaban teniendo problemas de movilidad.

Cuando tenía 14 años conoció a dos chicos Boris y Vládik amigos inseparables. Boris alto, robusto y erudito aparentaba más de dieciséis años. Vládik delicado dócil e irónico había sucumbido a la personalidad del amigo.

Boris una autoridad en materia de política y filosofía  nos pidió que leyéramos textos de los políticos y revolucionarios tanto rusos como extranjeros. Boris que era una autoridad comunica que un día crearía una organización secreta disidente a la que se unirían otros miembros. Boris escribió los estatutos y poco después, nos detuvieron y nos enviaron a una prisión moscovita donde las mujeres explicaron que el arresto no tenía un motivo claro y en los siguientes días nos humillaban de todas las formas imaginables, con el tiempo Susanna fue puesta en libertad, retomó los estudios aprobando los exámenes de acceso pero no fue aceptada sino con posterioridad. Preguntó por Boris y le dijeron que había sido fusilado en 1952. Entonces se casó con un compañero de la facultad de Matemáticas y tuvo dos hijos.

Judith del siglo XX. Ela Markan.

Ela lleva la conversación hacia Ariadna la hija de Marina que conoció en un campo de trabajo y tiene la correspondencia con el  poeta Boris Pasternak amigo de su madre.

Ariadna hija de la poeta MarinaTsvetáieva se fue de casa porque entre ella y su madre se producían escenas tempestuosas. La encarcelaron, le pegaron desde el primer momento, la interrogaron de día y de noche, no la dejaban dormir y la encerraron descalza y desnuda en celdas heladas azotándolas con porras heladas llamadas “interrogadores para mujeres”. Después de un año de sufrimiento  interrogatorios y torturas  la condenaron a 7 años de trabajos forzados. Marina, sin trabajo,  escritora considerada por muchos la mayor poeta del siglo XX se vio empujada al suicidio.

Ariadna no hablaba a menudo de los campos de trabajo, pero pudo  enterarse de la muerte de su padre y de su madre. En 1949 volvieron a encerrarla en el gulag que se encuentra más cerca del Polo Norte desde donde escribió las cartas a Pasternak.

Ela vuelve con el té y dice usted ha venido por mí y por mí historia y comienza narrando, fueron tres las generaciones  de mi familia que sufrieron represalias. Nací en Tiflis la capital de Georgia y mi padre que era viceministro de la industria de madera del transcaúcaso había propuesto hacer una distribución de los recursos forestales entre Georgia, Armenia y Azerbaiyán. No tardaron en cesar a mi padre, le detuvieron y poco después lo fusilaron, a mi madre la encarcelaron.

En el colegio y en el instituto nos educaron para sacrificarnos por el bien común y con el tiempo decidimos formar una organización terrorista clandestina con la finalidad de atentar contra Stalin, pero uno de los compañeros nos denunció a todos, nos detuvieron y nos enviaron a un campo de trabajo más allá del  círculo polar; aguanté bien el campo aunque me empleaban en los trabajos más duros, viví situaciones difíciles que me curtió y me enriqueció. El gulag es una situación límite que te enseña todo sobre ti misma y sobre el ser humano. Hay  que adaptarse a cualquier situación, pues aquel que se rinde acaba pereciendo.  

Minerva en las minas. Elena Koribut Daszkievicz.

La señora Márcova ese era su apellido de casada sirve el té en un juego de porcelana y tampoco puede caminar bien debido a la malnutrición prolongada en los campos de trabajo.

Fue detenida por los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial, al considerar que la población de los territorios ocupados por los nazis se componía de colaboracionistas y traidores a la patria. Durante la guerra trabaja en un hospital de manera desinteresada. Cuando las tropas alemanas se retiraron solo pensaba en estudiar pero la acusaron de haber colaborado con los nazis y la detuvieron, después de un largo viaje aterrizaron en el campo de Kotlas, antes de acostarse le toco sentarse al lado de un anciano de barba blanca que había ejercido de chamán, el cual le dijo. Tu camino será largo y duro, tendrás la muerte en los talones más de una vez, tal que a veces llamarás a la muerte para que te lleve, pero no tengas miedo, aunque no volverás a casa hasta después de muchos años. Una vez en libertad conocerás la felicidad y el éxito, solo morirás cuando seas muy mayor. Al día siguiente la trasladan al norte donde  la doctora Ania la mantiene de ayudante en el ambulatorio.

Por problemas de acoso, pide trabajar en las minas donde en verano el preso que cometiera una pequeña infracción se le desnudaba hasta la cintura y se le obligaba a permanecer de pie junto a la torre de vigilancia donde los mosquitos lo machacaban, si se movía sonaba un disparo.  

Para no desesperar recordaba poemas o cantaba bajito arias de óperas del repertorio de mi madre. Una compañera reconoció El Oro del Rin y estuvimos hablando sobre Wagner. Al día siguiente fui requerida por el supervisor del campo, para imputarme delitos de apología del racismo y de las consignas fascistas. Los apellidos de los compositores alemanes habían sido trastocados por los de jerarcas nazis. Podía  haber sido fusilada por propaganda fascista pero alguien conocía los nombres de los compositores alemanes y la obra de Wagner.

Al preguntarle a Elena por ¿Cuál es el trabajo más duro de todos? ¿Podía haber algo más terrible que pasar días y noches hambrienta, en una helada celda de castigo sumida en la oscuridad, y luego salir  a las minas o a construir  la vía del ferrocarril? Si contesta, más refinadamente cruel es cuando en pleno invierno te envían junto con otros presos a construir un muro con piedras pesadas que costaba levantar y al día siguiente ordenaban que destruyéramos lo erigido, y así una y otra vez. La mayor tortura consistía en la inutilidad de un trabajo sobrehumano que teníamos que deshacer.

 No sé cómo he podido meterme dentro de la piel de las prisioneras, pero después de esto me di cuenta de que la lectura era un alimento extraordinariamente tóxico y decidí no seguir leyendo cuando iba por la  página 126.

Emma. Jane Austen.


 

Novela entretenida que permite valorar el entramado social inglés de inicios del siglo XIX.

Las diferencias de clases, el tratamiento usual entre personas de clase media alta, las formas de diversión, el enamoramiento y compromiso, todo ello a través de los ojos de una joven veinteañera que se entretiene planeando futuras parejas sin caer en la cuenta de cómo ella se va enamorando hasta que tiene que decidir entre seguir pendiente del cuidado del padre (como todo buen inglés siempre interesado en el tiempo y las corrientes de aire) o aceptar la mano de su futuro esposo.

Como es propio de este tipo de novelas su linealidad en el tiempo las hace fáciles de leer aunque en ocasiones son tan prolijas en el detalle que se vuelven extensas y lentas lo que no hace perder un ápice el que su lectura mejore los vestuarios y paisajes de películas como Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad, guiones basados en novelas de la misma autora.


Este inmenso mundo. Sinclair Lewis.


 

Arquitecto de fama, el protagonista, tras la muerte de su mujer en accidente de tráfico del que él sale ileso decide tomarse un año sabático en Europa. Pasa a Inglaterra y acaba en Florencia. En esta ciudad tiene lugar la trama donde el autor aprovecha el escenario arquitectónico e histórico para describir a la comunidad americana que tras la Guerra Mundial se afinca en esa ciudad. Aprovecha para comparar los modelos de vida entre un país y otro con un tono de humor que hace la lectura divertida.