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HISTORIA DEL TIEMPO. Del big bang a los agujeros negros .Stephen Hawking

 
 Es un libro de divulgación sobre el espacio y el tiempo escrito por uno de los físicos más prestigiosos que ha existido: Stephen Hawking. El libro presenta de forma clara y concisa los conceptos fundamentales de la mecánica newtoniana, la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica y la cosmología.
Aparte de ser suficientemente desafortunado por contraer el ELA, enfermedad de las neuronas motoras Stephen agradece a su familia, alumnos, colaboradores, e incluso a las enfermeras que le han cuidado toda la ayuda que le han prestado, los problemas de salud no han impedido que realice su trabajo de físico teórico. Quería que el libro fuera leído tanto por el carnicero como por el panadero y para ello escribe con un estilo cristalino aunque en mi opinión lo que dice se entiende pero es muy complicado de comprender, aunque recurre a ejemplos caseros, sigue siendo incomprensible, tal es así que a principio de los años 20 se decía que solo tres personas en el mundo podían con la teoría de la relatividad. Stephen se remonta a los estudios de Ptolomeo y Galileo para buscar el origen del universo, pero su mente excepcionalmente privilegiada va jalonando su escritura con cualquier trabajo o descubrimiento que se encuentre relacionado con el tema. 
En el siglo XIX para explicar el universo  solo se necesitaban dos teorías: La teoría de la gravedad de Newton que describía la fuerza que mantiene a los planetas en sus orbitas y las ecuaciones de Maxwell que describía las fuerzas que actúan entre partículas o entre imanes. Esas teorías eran incompatibles pues las ecuaciones establecían para la luz una velocidad constante para todos los observadores, mientras que la mecánica de Newton decía que la velocidad de la luz depende del observador. Esta ambivalencia fue el motivo por el que Einstein propuso la teoría general de la relatividad y luego la teoría especial. Tanto la teoría general como la teoría de Maxwell tratan el universo como continuo. La revolución cuántica contempla el universo como discontinuo lo que condujo a una nueva teoría, la electrodinámica cuántica (QED).....estableciéndose dos nuevas fuerzas, una fuerza fuerte y otra  fuerza débil. A partir de ello los físicos desarrollaron la teoría electro débil que se convirtió en un éxito demostrando que solo se necesita tres teorías para explicar el funcionamiento del universo. Animados por el éxito se elabora una nueva teoría similar para describir la fuerza fuerte denominada <> (QCD)
La meta de la física es una teoría completa en la que las interacciones físicas son descritas por un solo conjunto de ecuaciones. Hay planteados varios caminos, los cuales, pueden conducir a una teoría única que contemple la (QED) y (QCD), conocida como teoría de la gran unificación (GUT). Ninguno  de los progresos hacia la (GUT) tiene en cuenta la gravedad por lo que la teoría se debería de llamar <> y así siguen enrollándose y desenrollándose haciendo que cada vez sea más complicado  e ininteligible lo tratado; pero aquí no acaba, sino que se establece la<> a la que le sucede la<>; así que el panadero y el carnicero no  leerán “La historia del tiempo”.
Para finalizar existe una última pregunta: ¿Puede haber una teoría unificada? ¿O estamos ante un espejismo? Parece que podría haber tres posibilidades.
1. Existe una teoría unificada completa que descubriremos algún día.
2. No existe ninguna teoría, sino una sucesión de teorías que describe el universo cada vez con más precisión.
3. No hay ninguna teoría pues los acontecimientos ocurren de una manera aleatoria y arbitraria.
En el último capítulo el libro se hace difícil y duro de leer se avanza muy lentamente pues el cansancio es muy grande.
Al final pone una pequeña biografía de tres de los grandes científicos de la historia: Albert Einstein, Galileo Galilei e Isaac Newton, un Glosario y, un exhaustivo Índice analítico.

Últimos testigos. Svetlana Alexiévich.


Tras la lectura de Voces de Chernóbil, en donde aparecen los primeros testigos de la catástrofe nuclear, Svetlana, en esta obra anterior en el tiempo, presenta a los últimos testigos de la Segunda Guerra Mundial. Recoge las voces de niños y niñas de Bielorrusia, sus primeras impresiones y recuerdos ante la entrada de los nazis en sus aldeas y ciudades. Son testimonios vivos, grabados cuando tenían entre cuatro y doce años. Los novecientos días del cerco a San Petersburgo y cómo acabaron desapareciendo los gatos y salvaron sus vidas masticándolos entre lágrimas los perros. Cómo a las niñas el pelo se les volvió blanco a la semana de ocupación o cómo llegaron a jugar subidos en los cuerpos helados de los alemanes a modo de trineos. Así durante tres, cuatro años, en los que vieron cavar a padres y hermanos sus propias fosas, vivieron en orfanatos esperando por sus regresos y besaron la voz de aquella pequeña caja negra por donde salía la palabra «Victoria».
Un canto imprescindible a la vida para los que piensan que hoy vivimos mal en un tiempo en el que palabras como «defensa agónica» o «triunfo heroico», por suerte o por desgracia de sus verdaderos sentidos hermenéuticos, son aplicadas en nuestro entorno a las guerras deportivas.

¡Qué suerte de vida nos ha tocado vivir!

Solenoide. Mircea Cărtărescu.


Puede que haya algunos capítulos que más bien parecieran de relleno pero que Mircea escribe, y escribe bien, es cierto. No sé si para justificar su candidatura como premio Nobel que muchos promueven y así se convierta en el primer escritor rumano en conseguirlo, pero que tiene literatura en su pluma también es cierto.
Hay mucho de kafkiano en su escritura. Algunas de sus propuestas me recordaron a Torrente Ballester. Concretamente a La saga/fuga de J.B. La obra es una mezcla de realidad a través de su personaje central, escritor, su diario y su vida como profesor en Budapest y lo irreal, donde se mezcla sus sueños con la ficción proporcionada por un solenoide gigante que posee debajo de su casa cuya actividad electroestática lo mantiene suspendido a un metro de las sábanas de su cama. Su final, en el que se funde la actividad de múltiples solenoides subterráneos que elevan la capital de Rumanía en el aire recoge el testigo de Castroforte del Baralia de don Gonzalo y la descripción de cables, tuberías y desagües recuerda a Las ciudades invisibles de Italo Calvino.  
Una curiosidad. Pasan desapercibidas, pero parece ser que es común que todo libro tenga unas ocho a diez erratas. En Solenoide he tropezado con algunas más.