Los extremos siempre son de interés pues
marcan posturas que encierran la verdad desnuda, sin artefactos mediáticos. El
cuestionamiento de la familia como un bien de interés socio económico y
político no es nuevo ni tampoco lo es el posicionamiento sobre la violación, la
prostitución o la pornografía. Lo distinto en este caso es leerlo de labios de
una mujer que ha sido violada, que acaba dedicada a la prostitución, y de paso
promueve una película que lleva por título y guión una de sus obras: Fóllame.
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