Dijo Confucio: «Si el título no es correcto, las
palabras resultarán sin sentido».
El nervio óptico está formado por axones que
pertenecen a nuestro cerebro más externo, aquel que podemos observar tras la
pertinente dilatación de la pupila. Es la retina esa porción de tejido nervioso
en contacto con el exterior la encargada de transformar las imágenes que serán
llevadas por el nervio óptico hasta lo más recóndito de la masa encefálica
encofrada en el cráneo, allá por la zona occipital.
El nervio óptico nace de impresiones, captadas por
la autora en cuadros, que son transformadas en coloridas historias en las que
se mezclan las paletas de los pintores con las experiencias personales de la
escritora.
Alfred de Dreux, Cándido López, Hubert Robert, Tsuguharo
Foujita, Coubert, Toulouse Lautrec, Rothko, Rousseau, Schiavoni y El Greco
pasan por su retina. Historias personales de su vida argentina por su mente. En
medio: el nervio óptico.
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