Un mocho, en Chile, país que
vio nacer a Donoso, es un religioso lego, lo que viene a ser un sacristán o un
amante de lo eclesiástico que en un convento se dedica a tareas no
sacramentales.
Esta es parte de la vida que
acompaña a los dos protagonistas de esta historia que comienza con los avatares
propios de un pueblo minero, con su aristocracia, derrumbes, huelgas,
chivatazos, desaparecidos por la represión y amores como parte de otras
historias que se suceden, lejos de anclarse en las reivindicaciones sindicales,
para enlazar a otras nuevas, de circo y prostíbulos que se engarzan entre el
pasado y el presente para dar lugar a ese tiempo indefinido en el cual se
consume la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario