Tras leer sus primeras páginas la imagen
del protagonista, Walter, conduce nuevamente a la portada. Un chico de
diecisiete años que es movilizado por el mando alemán en la primavera del
cuarenta y cinco. En esas fechas ya era un ordeñador de primera y de pronto se
ve inmerso junto con otro compañero de idéntica edad en el repliegue nazi ante
el acoso aliado y ruso.
Sus peripecias son contadas por el hijo
cuando en el lecho de muerte de su padre comienza a preguntarse por sus silencios, por el respeto que infunde, por todo lo que desconoce de su persona.
Walter tuvo suerte y regresó, no así su amigo cuya muerte siempre llevó en sus
silencios.
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