Se puede obviar la lectura
de este libro y disfrutar de tantos y tantos cuentos escritos por Julio. No es
necesario leerlo para recrearse en muchos de los pasajes de Rayuela, ni
siquiera para hacernos una idea cabal de los cronopios y las famas o para tomar
conciencia política del porqué del Libro de Manuel.
Sin embargo, para los que
gusten leer al tiempo que valorar la arquitectura empleada por el escritor, estas clases son una guía de mucho valor para profundizar en un autor al que
debieron aplicar muchas connotaciones a la hora de no verle merecedor del Nobel.
Una de las que se me ocurre debió haber sido la de que realmente el Nobel no se
merecía a Cortázar.
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