La primera incertidumbre es
la edición. Segundo trabajo del escritor, y en rústica no es muy frecuente. ¿El
apellido como reclamo? Otra incertidumbre más a la que el propio autor, quién
sabe, en un futuro pueda meter el estilete de su pluma para crear relatos que,
sin pertenecer al mundo del realismo mágico, tienen su magia para hacer dudar
de la verosimilitud de los mismos, pues deben estar escritos a camino entre la
experiencia propia, el estudio del contexto y la acertada forma de presentarlos
a caballo entre la vedad y la ficción.
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Los pasos de López. Jorge Ibargüengoitia.
Cada 15 de septiembre el
Presidente de la República de México hace ondear la bandera de ese país y
dirige un discurso a la población en el que comienza con el Grito de Dolores.
Se puede leer en Wikipedia que: El Grito de Dolores es
considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Según la tradición, consistió
en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama,
hizo a sus feligreses con el fin de que desconocieran y se sublevaran en contra
de la autoridad virreinal de la Nueva España en la mañana del del 16 de septiembre de 1810, para lo cual tañó una de
las campanas de la parroquia de Dolores, hoy municipio de Dolores Hidalgo, estado de Guanajato.
Ibargüengoitia
novela los prolegómenos a este grito y sus consecuencias. Esta ficción novelada
posiblemente se acerque más a la realidad que la historia oficial o al menos es
mucho más entretenida y divertida de leer.
Cuentos de Galitzia. Andrej Stasiuk.
Galitzia se encuentra al
norte de los Cárpatos. En sus tiempos principado y reino de Galitzia es hoy un
territorio a caballo entre Ucrania y Polonia. En esa Europa profunda tiene
lugar estos cuentos. Sus personajes se mueven en una pequeña localidad
perteneciente a una cooperativa agrícola estatal de gran tamaño, al estilo de
los koljós soviéticos, existentes en Polonia entre los años 1949 y 1991. Su
primer cuento habla de la vida de Józek, el último tractorista de la zona,
luego desfila el herrero Kruk, el matarife Kosciejny y también la Tasca, el Lugar, la Noche, y poco a poco va surgiendo Galitzia y frases como: “Cuando en
la zona imperaba el comunismo, tesorero mayor de la grisura, la caseta parecía
una pecera sucia en la que flotaban unos cuantos cepillos de dientes, tres
clases de cigarrillos y la cara blanca y aburrida de la quiosquera”.
A inicio de este siglo tuve
la oportunidad de viajar de Salzburgo a Praga. Al cruzar la frontera esa
grisura aplomó la ilusión.
Me ha gustado mucho Andrzej
Stasiuk.
El Cacique. Guillón Barrús.
El seudónimo del autor,
Guillón Barrús, resultará conocido por los amantes de la literatura canaria.
Por Luis Rodríguez Figueroa debe sonar el nombre de una calle, tal vez su
placa, cuando en el Puerto de la Cruz se llega a la rotonda del Hotel Meliá y
en lugar de bajar hacia la Calzada Martiánez se coge hacia la urbanización Guarico y Los Cachazos. Por El
Cacique, la novela no ha de ser muy conocida pero sí que su trama ha de ser
intuida por los de más edad. No obstante, todo sigue igual, los cho Sixtos
siguen existiendo así como los Don Oroncios, los Juanillos y las Micaelas, así
como el escaso interés por los autores canarios tanto en la relevancia de sus
actuaciones personales como la obra escrita que nos han dejado.
EL PALACIO DE LOS CUENTOS. MAYO. Ulf Diederichs.
El libro que cayó en mis
manos forma parte de una selección de los cuentos más bellos de Europa narrados
en 365 días y una noche. La colección consta de 12 libros, como los doce meses
del año y el que tenemos a la vista es el quinto libro, con cuentos catalanes,
castellanos, vascos, gallegos, portugueses y sefardíes.
El autor hace un laborioso
trabajo para seleccionar los cuentos y al final del libro añade una breve
descripción de las regiones en las que se desarrollan los cuentos con datos muy interesantes que ignoraba.
También hace referencia a gran cantidad de textos originales donde se
encuentran los cuentos. No deja de ser una curiosidad que el libro que me ha
tocado leer con los cuentos 121 a 151, se encuentren en el mes de mayo, mes de
mi nacimiento, en realidad nada importante. De los cuentos de este libro
destacar: 1 de mayo Día 121, con los consejos del rey Salomón. Este rey le dio
a un pobre hombre al que tomó como criado tres consejos:
a)
No cambiar los caminos viejos por los nuevos.
b)
Nunca hagas nada que no hayas pensado tres
veces antes.
c)
Le dio una tarta que no debería de comer
hasta el día que creyera obtener la mayor de las alegrías.
Esto último ocurrió cuando
se encontró con su mujer y su hijo, después de tantos años de ausencia. Lo que
no sabía era qué en el interior de la tarta estaba el dinero que le había
pagado el rey por sus años de trabajo.
De todos los cuentos de este
libro, sólo conozco el del 2 de mayo. El lobo y las cabritas de origen catalán.
Me lo contaba mi padre cuando era pequeño y nunca supe de donde lo había
sacado. Él lo llamaba la
Paparrachana y los cabritos. Tampoco sé
el origen del vocablo Paparrachana, intuía que era un ser malo cuando era capaz
de comerse a los cabritos. El cuento me hacía llorar a pesar de lo cual le
pedía que me lo volviera a contar poniendo a mi padre en un aprieto. Fue la única vez en que mi padre me hizo llorar.
He entrado en Google y hay
dos resultados, pero lo que aparece es paparrachanos y está relacionado con México. Tampoco he
podido encontrar información, sobre el autor Ulf Diederichs (tendría que hacer una llamada telefónica a
Alemania (Universidad de Göttingen)).
Respiración artificial. Ricardo Piglia.
Tras leer Plata Quemada, del
mismo autor, y de conocer que Respiración Artificial se encuentra entre las
diez mejores novelas argentinas tenía ilusión por leer de nuevo a Piglia. En
la contraportada, alguna de esas frases atractivas lo hacían presagiar: una
experiencia intelectual que los lectores nunca olvidarán; ¿Cómo enfrentarse a
la Historia? Con todos los artificios de la ficción.
Ha costado mucho leerla. Sus
avances y retrocesos en torno a la figura de Juan Manuel de Rosas, gobernador
de Buenos Aires, sus: dijo Maggi, que le dijo Ossorio y ahora que charlamos te
lo digo; cansan en ocasiones.
En mi caso está claro que
nunca la olvidaré por lo remolona que se me ha hecho, sobre todo cuando
aparecen, como insertos, ya escritos previamente, apuntes sobre literatura y
autores argentinos, filosofía heideggeriana, trozos poco literarios junto a
otro, como el último, mucho más llevadero en torno a una posible conexión entre
Kafka y un joven Hitler en su etapa de pintor frustrado.
Sí que es cierto que los
recursos o artificios de ficción son dignos de valorar, lo que seguro que han
de serlo más por quien escribe que por parte de quien busca una lectura fluida
como la de Plata Quemada.
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