El detonante es la muerte de los dos hijos en un accidente de
tráfico. Uno de ellos al volante, el otro de copiloto, mientras el matrimonio
duerme la mona en el asiento de atrás. No obstante, Ruth viene al mundo para
cubrir el vacío. Tenían unos dieciséis años, como Eddie, a quien contrata Tedd,
el padre, como principiante para que le ayude en la exitosa carrera de escritor
de cuentos infantiles que se ha labrado. La relación de pareja va a la deriva
desde aquel fatídico accidente.
Aquel verano, Marion, la madre, que tiene la casa empapelada con
las fotos de sus hijos decide hacer un hombre a Eddie a base de bien. Al
comenzar el otoño desaparece. Ruth tiene cuatro años cuando la abandona su
madre.
Los tres también se hacen escritores, enmascarando en sus
novelas sus propias experiencias. Cada cual con sus propias características
sexuales. Ruth consigue reconocimiento internacional. Tras más de treinta años
vuelven a coincidir cuando Graham, el hijo de Ruth, cumple cuatro años.
Es una novela (lo escribe el propio autor en la página 544) que
trata de “la buena suerte, de cómo la buena suerte y el infortunio se
distribuyen por desigual, si no al nacer, por lo menos a medida que se dan las
circunstancias sobre las que no tenemos control, así como en la pauta al
parecer de los acontecimientos que entran en colisión”.
Característico de este autor es la meticulosidad con la que
escribe. No hay nada al azar, no es que sea prolijo en descripciones, pero si
las hace acabarán enlazadas en alguna otra página más adelante aunque parezca
que pertenecen a historias paralelas que son de relleno. Ello no quita que el
grueso en páginas de su obra pudiera ser más delgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario