Parece que sea un libro de
amor donde la almohada haga de notaria. Su estructura es propia de un diario
con sus anotaciones de aquello que a lo largo del día llama la atención. Es
ambas cosas y mucho más ya que en sus páginas la escritora deja constancia de
situaciones propias de la corte en un Japón del siglo VIII: de poemas, de sus
conversaciones con la emperatriz, intercambio de cartas, impresiones personales
en torno a las buenas maneras de la época, la vestimenta, los árboles y un
largo etcétera que obliga a pensar en un libro anárquico ya que no existe un
hilo conductor que se focalice en una idea y, sin embargo, el libro es toda una
unidad impregnada con el sentimiento de quien lo escribió.
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FAHRENHEIT 451. Ray Bradbury.
El libro propuesto por David para comentar en el Club de la Ranilla, trata, de bomberos que queman libros, porque los libros son peligrosos ya que hacen reflexionar y pensar a los lectores.
A pesar de tener un hermano bombero: Franc, con lo que
parte del libro quedaría en casa, no le encontré el punto de equilibrio a la
lectura. Lo achaco a que no me encontraba bien, pues soy un lector cochino que
lee todo lo que se le pone por delante. Leía FAHRENHEIT 451 y era como si el
libro estuviese escrito en un idioma que no conocía. Tuve que llegar a la
página 122, para encontrar un interesante debate acerca de los libros. Estando
en el Club, David menciona a Cecilia una chica a la que no le interesa cómo se
hacen las cosas sino por qué se hacen; frase que también recuerdo que leí, tuve
que detenerme y apuntar. Reparte una serie de pensamientos sobre la lectura,
que, leen y comentan los lectores. A continuación se detiene en la quema de
libros a través de la historia, siendo triste y curioso en Cuba, donde se
quemaron libros sobre el cubismo de la biblioteca de Pablo Neruda, pues
aquellos revolucionarios en su afán e ignorancia, creían que dichos libros podrían
estar relacionados con la Revolución Cubana.
David, estuvo muy bien y le llevaría tiempo, pensar, ocurrirsele, y trabajar la
reunión sobre el libro.
Para terminar repetir que no le encontré el punto a la
lectura, y aclarar que el equivalente 233º C, es la temperatura a la que arde el papel de los libros.
Una mujer difícil. John Irving.
El detonante es la muerte de los dos hijos en un accidente de
tráfico. Uno de ellos al volante, el otro de copiloto, mientras el matrimonio
duerme la mona en el asiento de atrás. No obstante, Ruth viene al mundo para
cubrir el vacío. Tenían unos dieciséis años, como Eddie, a quien contrata Tedd,
el padre, como principiante para que le ayude en la exitosa carrera de escritor
de cuentos infantiles que se ha labrado. La relación de pareja va a la deriva
desde aquel fatídico accidente.
Aquel verano, Marion, la madre, que tiene la casa empapelada con
las fotos de sus hijos decide hacer un hombre a Eddie a base de bien. Al
comenzar el otoño desaparece. Ruth tiene cuatro años cuando la abandona su
madre.
Los tres también se hacen escritores, enmascarando en sus
novelas sus propias experiencias. Cada cual con sus propias características
sexuales. Ruth consigue reconocimiento internacional. Tras más de treinta años
vuelven a coincidir cuando Graham, el hijo de Ruth, cumple cuatro años.
Es una novela (lo escribe el propio autor en la página 544) que
trata de “la buena suerte, de cómo la buena suerte y el infortunio se
distribuyen por desigual, si no al nacer, por lo menos a medida que se dan las
circunstancias sobre las que no tenemos control, así como en la pauta al
parecer de los acontecimientos que entran en colisión”.
Característico de este autor es la meticulosidad con la que
escribe. No hay nada al azar, no es que sea prolijo en descripciones, pero si
las hace acabarán enlazadas en alguna otra página más adelante aunque parezca
que pertenecen a historias paralelas que son de relleno. Ello no quita que el
grueso en páginas de su obra pudiera ser más delgado.
ÉBANO. Ryszard Kapuscinski.
Le seguía la pista desde
diciembre de 2012, cuando Javier lo comenta en el club de lectura Agustín de Betancourt.
Me gustó mucho la opinión que le mereció el libro pero no pensé que me llegara
a agradar tanto. Ébano es lo máximo que se puede despachar. Además Mercedes
sostenía que era un autor que le interesaba y yo ¡sin saber que existía el polaco!. La lectura es para no
dejarla pasar. En palabras del autor << no es un libro sobre África, sino
sobre algunas personas de allí durante el tiempo que pasaron juntos>>. En
realidad África es un continente demasiado grande y complejo para poder
describirlo.
Fue el libro elegido por
Rebeca para comentar el 9 de junio en el Club de lectura la Ranilla, así que me
dije, por lo visto toca leerlo. Su intervención fue muy buena a pesar de lo mal
que lo había pasado para llegar hasta allí. Se ayudó de un powerpoint y desarrolla temas muy
interesantes como la familia y la política entre otros, que sirvieron para que
intervinieran una parte de los asistentes al encuentro.
En África los niños son
importantes siempre son los más grandes los que cuidan de los más pequeños. El
agua también lo es y, para que no se
pierda ni una gota de agua tienen que mantener el equilibrio de sus menudos
cuerpos. En las guerras los niños carecen de instinto de conservación,
desconoce el miedo que solo los años, le hará conocer. Entre los niños el
hambre es algo habitual lo que piden no es pan, fruta o dinero , sino algo
sorprendente: un lápiz o un bolígrafo.
Recordar que Sudan fue el
primer país africano que tras la Segunda Guerra mundial obtuvo la independencia
y que en 1960 diesiséis países de África habían dejado de ser colonias, algo
que parece muy distante. Escribe sobre los dictadores Bokassa de la República
Centro africana y Amin de Uganda, tremendos personajes que afloraron en la
época y allí en medio estaba Kapuscinski para contarlo.
La visión del tiempo del
europeo y el africano es totalmente distinta. El mundo espiritual del africano
es rico y complejo y posee una vida interior muy religiosa ya que existen tres
mundos: la realidad, los antepasados y el reino de los espíritus.
En África a veces hay que
recorrer muchos kilómetros para toparse con un árbol que es generador de una
simple sombra. Los yorubas creen que si la sombra abandona al hombre este
morirá. Si un rayo destruye el árbol también morirán las personas que han
vivido a su sombra .La idea sorprendente y luminosa es que el desierto te
enseñará que hay una cosa que se puede amar y desear con más fuerza que a una
mujer: es la sombra. En cambio el ganadero madrileño Victorino Martín es de la
opinión (a la que me adhiero), <<que solo hay algo mejor que una mujer:
dos mujeres >>
Me ha parecido un libro
extraordinario. Cuando llegué al final de la lectura tuve la sensación de cómo si
se hubiera cortado un caudal de agua.
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