La comedia humana es un libro entrañable. Recuerda a Matar a un
ruiseñor. Sorayan maneja con arte la voz inocente de un chico de catorce años
que reparte telegramas en un pequeño pueblo, Ithaca, del Valle de San Joaquín,
California. Aunque a veces se tinta con la propia voz del escritor en su
alegato contra la injusticia y la guerra, aspecto éste muy difícil de encontrar
en el personaje de Scout Finch creado por Harper Lee como narradora ruiseñor,
su lectura se disfruta haciéndose vívido el pueblo, sus habitantes y las
situaciones que envuelven a su protagonista, Homer Macauley. A lomos de su
bicicleta pedalea para ganarse unos centavos al servicio de la oficina de
telégrafos mientras la inocencia se desflora cada vez que entrega la noticia
del fallecimiento de un joven soldado en la guerra.
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