Si el ejercicio de escritura propuesto
fuese el detallar cómo un maestro veneciano logra realizar un lienzo que
represente una madonna y su niño es lógico pensar en quién hace el encargo, las
habilidades del pintor, el tiempo que le lleva encontrar la modelo, el niño y
en cómo puede ir cambiando el lienzo si por virgen se elige una adolescente que
deja de ser niña mientras pasan los meses de posado y comienza a sentirse madre
de la criatura. Todo esto lo hace Zweig con maestría pero en ocasiones cae algo
pesado al extenderse en los sentires de los personajes.
Sin embargo, el caso de Mendel es una
delicia. Novela corta, relato largo, se lee de una pieza.
En ambos la idiosincrasia judía de sus
protagonistas marca la psicología de sus personajes principales.
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