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Los príncipes valientes. Javier Pérez Andújar



Repaso por la vida infantil del escritor en uno de esos barrios de enormes edificios colmena a las afueras de Barcelona donde se concentró a los emigrantes de provincias que fueron a trabajar en el cinturón industrial cercano al río Besós. Desde sus primeras lecciones de pillería de Lazarillo, enseñadas por su tío Ginés, hasta la lucha sindical en busca de mejoras salariales por parte de su padre, las discursos de su madre a ventana cerrada o la presencia de la Guardia Civil a través del padre de su mejor amigo sus recuerdos se salpican con las enseñanzas en el colegio de su maestro favorito y su afición por la lectura, lo que provoca el conocer qué títulos fueron forjando su vida hasta convertirlo en filólogo, redactor de El País y en escritor.

LA FUNCIÓN DELTA. Rosa Montero.

 
La autora tiene una increíble facilidad para escribir sin que se le escape el menor detalle; las frases surgen como el agua de un manantial aunque la escritura no es fresca pues las ideas que expone son muy serias. Todo lo que escribe parece que se está viendo y la trama gira en torno a Lucía a la que conocemos con 30 años cuando es capaz de comerse el mundo mientras que con 60 años se siente enferma y dominada por el terror a la soledad y a la muerte
La novela la conforman una serie de capítulos en los que narra el vivir y las experiencias sobre el amor a lo largo de la existencia de la protagonista. Los diferentes capítulos del libro designados con el día de la semana se refieren a cuando tenía 30 años y los que nombra con meses cuando ha cumplido 60 años fecha en la que se encuentra en un centro hospitalario aquejada de la enfermedad de Méniere, siendo atendida por las enfermeras María de Día y María de Noche. Es capaz de narrar lo que pasa, pasó  e incluso lo que piensa algún personaje, todo ello con un gran despliegue literario qué llega a convencer.
Entre los personajes se encuentra doña Maruja la vecina de 77 años, siempre correcta, que ha perdido a tres hijos y  al marido  a la que no le da miedo la muerte sino morir mal, quiere que le den un empujoncito. Lucía se dedica a trabajar para una agencia publicitaria pero sueña con ser directora de cine. En la agencia se encuentra Tadeo, chico para todo y personaje curioso que vive con su madre paralitica. También Hipólito hombre casado que no tiene intención de separarse de su mujer, prometiendo amor sin fin cuando no puede darlo, pero por extraño que parezca se encuentra unido sentimentalmente a Lucía, siendo para ella la aventura y la pasión, en una palabra el amante, Ricardo, dedicado  a los negocios que estará con ella en los últimos momentos en el hospital antes de partir y Miguel un amigo, profesor de universidad que es la ternura personificada, el equilibrio y la serenidad, es decir el compañero.
Aunque no debe uno llevarse  por el título del libro para leerlo, maravilla por su originalidad pues “La función delta” es una ecuación de la Mecánica Cuántica creada  por el matemático Chirac la cual describe situaciones cuya intensidad de la variable tiende a infinito cuando la duración tiende a cero y ello aplicado a la relación que puede surgir entre seres humanos.
Al final los médicos se dan cuenta de que Lucía tiene un tumor en la cabeza aunque no se lo habían dicho y abandonan la lucha, dejando de administrar la medicación. A lo largo de la obra se pueden sacar muchas y valiosas reflexiones, con la incertidumbre de si le dará o no tiempo de acabar de escribir el libro antes de dejar de respirar.

Apología y Critón. El Sócrates de Platón. Platón.



Cuentan que tras mucho leer, lo normal es volver a los clásicos. Puede que este sea el inicio, quién sabe. Más larga la introducción que la propia Apología el sentido de la primera frase, volver a los clásicos, es que después de los griegos el resto está todo inventado. El resto son ganas de marear la perdiz.
Lo cierto es que Sócrates, a través de Platón, obliga a una lectura concentrada, nada evasiva, para seguir la evolución filosófica del maestro en su propia defensa.

LA ACTUALIDAD DE LO BELLO. Hans-George Gadamer


Gadamer filosofo alemán nacido en 1900 imparte  unas lecciones en 1974 en la Escuela Superior de Salzburgo que han cristalizado  en el presente librito para justificar y legitimar el conflicto entre lo antiguo y lo moderno relativo al arte, empleando un lenguaje denso y filosófico que cuesta leer y que debería  ser objeto de otras lecturas.
El ARTE se empleaba dentro de lo que Aristóteles llamaba el saber y la capacidad de producir, los griegos consideraban el arte como imitación de la naturaleza. Arte quiere decir << bellas artes >> asociamos lo bello con algo que está reconocido por el uso y la costumbre que sea digno de verse y que  está destinado a  ser visto, goza de reconocimiento y de aprobación general. Platón llama bello a lo que más brilla y más nos atrae, a la visibilidad del ideal, percibiendo como brillo en la naturaleza y en el arte lo que nos fuerza a afirmar << eso es lo verdadero >> sin olvidar el amor a la belleza.
Las bellas artes pueden clasificarse por la naturaleza del medio, de la siguiente manera:
Las artes auditivas o del sonido utilizan los tonos musicales junto con los silencios, presentados sucesivamente.
Las artes visuales se dirigen a la vista e incluyen diversos géneros como la pintura, escultura y arquitectura.
La literatura es más difícil dado que un poema no necesita ser escrito. Tampoco es un arte auditivo, puesto que no precisa ser leído. La  literatura es un arte simbólico al estar formada por palabras con significado que han de conocerse para entender o valorar un poema.
Las artes mixtas combinan los medios anteriores. Así la ópera es música, palabras e imágenes. Las representaciones teatrales reúnen el arte literario con la habilidad escénica y las imágenes visuales. En la danza prepondera lo visual, acompañado de la música. En el cine están  presentes todos los componentes anteriores.
 LA ESTÉTICA en la historia de la filosofía es una invención más tardía que coincide con la aparición del sentido del arte separado de la práctica productiva Baumgarten (1714-1762) fue el primero que acuñó el término “ESTÉTICA” como ciencia que analiza las leyes del conocimiento sensible y el objeto que trata es la belleza por lo que definió la estética como el arte de pensar bellamente, definición análoga a la de retórica como el arte de hablar bien. Kant fue el primero en defender la autonomía de la estética y lo hizo con la << satisfacción desinteresada >> que es el goce de lo bello, con un  gusto comunicativo que nos marca a todos y exige una aprobación universal.
 Gadamer que  vivió 102 años tuvo tiempo de ver cambios sustanciales en las diversas teorías filosóficas y termina sentando las bases antropológicas del arte por lo que desarrolla ampliamente los conceptos de <<juego símbolo y fiesta>> en los cuales no nos vamos a detener por excesiva dificultad y falta de tiempo.
EL ARTE NO NECESARIAMENTE TIENE QUE SER BELLO.

De algunos animales. Rafael Sánchez Ferlosio.



El título me ilusionó. El bestiario de Arreola, Cortázar y el de Javier Tomeo son referentes en este tipo de lecturas sobre animales de la vida diaria que el escritor trasporta por sus anatomías o características en seres híbridos cual hipogrifos, quimeras y minotauros.
Pero realmente en De algunos animales solo hay tres. El Tifra, el Dapno inmóvil y el Lipoic Acid Plus.
El resto son escritos sobre animales insertos en otras publicaciones con la fantasía propia de Ferlosio. Un lujo que obliga a la relectura de Alfanhuí.

Así empieza lo malo. Javier Marías.



Ambientada en los inicios de 1980 la trama de Así empieza lo malo es bien sencilla. Dicha trama queda clara en la primera página. Un director de cine encarga al joven Juan de Vere, a su cargo como secretario, el enterarse de la veracidad de ciertos rumores que han llegado a sus oídos sobre la vida de un amigo suyo, el doctor Jorge Van Vechten.
Pero el galeno no vuelve a aparecer hasta casi la mitad de la novela.
Quizá, a mi entender, radique ahí el arte de Javier Marías. El proporcionar al lector todos los interrogantes que él ha de hacerse cuando confecciona sus personajes, de tal forma que el lector acaba pensando y haciéndose esas mismas preguntas mientas el escritor va dosificando momentos de tensión con información, en este caso, sobre la posguerra civil o sobre cineastas y actores.
Todo muy sencillo, pero a la vez tan complicado, tan bien ligado el armazón, que conduce al lector hasta el final por los vericuetos del deseo, la lealtad y menosprecio vividos por la pareja a la que Juan de Vere  recuerda pasados los años.