Dice William H. Gass en el prólogo:
«Los grandes libros no pueden explicarse, y yo no voy a
tratar de explicar éste. Una explicación –en realidad, cualquier explicación-
lo profanaría, ya que a lo que una obra de arte se opone es precisamente a la
reducción. Las respuestas fáciles, los resúmenes prácticos, las anotaciones,
las flechas, las frases subrayadas, las listas de referencias, lo números de
sus fuentes, los ecos y las influencias, los esquemas de la trama –por mucho
que en ocasiones nos sirvan de ayuda- falsean gravemente las obras. La
interpretación reemplaza al original de un modo torpe y soso.
»Los reconocimientos es demasiado imaginativa, oscura y
enigmática; pero ¿acaso la realidad es siempre clara e inequívoca? ¿Se
despliega como las páginas de un periódico, o su despliegue se parece más al de
un despliegue de un mapa de carreteras, que es difícil de abrir, difícil de
interpretar y difícil de volver a plegar?
»No hay por qué darse prisa; las páginas que tiene
usted por delante pueden estar ahí todo el tiempo que usted quiera. Es
perfectamente aceptable que algunas cosas no se entiendan desde el principio, y
que haya referencias a cosas que usted no reconoce. Siga leyendo alegremente».
Leí alegremente las casi mil cuatrocientas páginas. Todavía
ando perdido entre las carreteras del mapa.
"Leí alegremente las casi mil cuatrocientas páginas"...madre mía ...qué valor.....
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