Buscar título en este blog

LOS AMORES PERDIDOS. Miguel de León



El libro de Miguel de León me lo regalaron hace tiempo, pero permanecía en uno de los anaqueles de mi biblioteca en posición horizontal. Me infundía mucho respeto atrayéndome la calidad de la portada y distanciándome su grosor de más de 600 páginas.
Es la historia de un gran amor silencioso entre Arturo y Alejandra, dos familias irreconciliables, los Quiner y los Bernal, y un pueblo que tiene a orgullo el cuidado de sus ancianos; la  acción transcurre en el Terrero, pueblo canario de ficción, y en Nueva York lugar donde acude Alejandra a completar su formación cuando es amablemente rechazada por su marido, puesto que este no quiere traicionar sus principios.

Los amores perdidos será comentado por el autor en la próxima reunión en el Club La Ranilla. O sea, que tocaba leerlo. Si hubiera buscado información puede que lo habría leído antes, pues aunque cueste creer no tiene ni una sola opinión desfavorable; o, quizá no lo hubiera leído, para tenerlo como un apreciado tesoro. Dividido en tres partes, cada una podría ser un libro independiente. Miguel escribe con una narrativa impecable es como si abriera un imaginario grifo y salieran fácilmente las palabras sin ningún esfuerzo, formando largas frases. Posee la rara virtud de que te engancha, una vez en ello, lees por el día, lees al amanecer y lees queriendo saber qué es lo que ocurrirá. Todas las opiniones de lectores lo ponen por las nubes porque no pueden ir más arriba. Las descripciones son muy elaboradas y pormenorizadas, “una verdadera maravilla”, siendo capaz de hacerte zambullir en la época que describe, pues parece que se encuentra uno sumergido en plena posguerra. La tercera parte me llega a emocionar, será cuestión de edad; se pasa un  rato entretenido  que es lo que Miguel pretende y consigue. Con toda sinceridad, lo volvería a leer sin dudarlo, pues me gusta un libro que trata sobre lo que le pasa o podría pasar a las personas, y si además, está  escrito con una prosa inmaculada como es el caso, mucho mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario