Dos novelas. Las primeras de
Jonh Barth. Muy distintas entre sí pero con tres aspectos comunes. El triángulo
amoroso, el que sea el marido quien abone su propia cornamenta y el suicidio.
Ambas con un enfoque
filosófico impregnado por sus lecturas previas, de Sartre y Camus, en el que se
fusiona un fatalismo existencialista y un nihilismo con buenas dosis de humor.
En la primera de la mano de
abogado treintañero y en la segunda de un joven profesor tratado por un extraño
doctor y sus raras propuestas de curación.
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