Es como si estuviesen escritas en un idioma desconocido
pero que puedo leer y comprender.
Escribe con párrafos extensos y las ideas y las palabras le salen como el
agua de un grifo en una fuente fresca y cantarína.
A medida que avanzo en la lectura tengo la sensación de
que la expresión de las ideas desaparecen de mi cabeza como el agua por un
desagüe. No acierto a comprender porque se llaman FÁBULAS pues no he podido
sacarle a los textos ninguna moraleja.
Las doce novelas cortas, como los doce meses del año son
el fruto de un proyecto que ha tardado
diez años en realizarse, siendo recogido en diferentes publicaciones.
Son unas piezas redondas que utilizan una prosa pura, precisa y elegante, lo
cual le ha llevado a ser considerado uno de los escritores españoles más
importante del momento.
Soy consciente de que el comentario me ha salido un poco
contradictorio, pero al mismo tiempo reconozco que aunque no me haya gustado la
lectura, el libro está bien escrito. Aprecio que tiene mucho merito que le haya
dedicado diez años a la escritura y no ha perdido lo escrito en ese tiempo. A
mí se me hubieran traspapelado las FÁBULAS y no sabría por donde andaban.
Aunque las frases desordenadas que he podido recopilar de
la lectura son bastante luminosas, me fue imposible terminar de leer las dos
últimas FÁBULAS por problemas de tiempo, pero sobre todo por falta de interés y
ganas.
LUIS MATEO es
miembro de la Real Academia Española; me van a permitir escribir que: la
moraleja que he sacado del libro es que no me va la lectura de los académicos,
son demasiado para este pobre lector.
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