Buscar título en este blog

Obra escogida. Luis Feria


Conocía de su existencia pero nada había leído. Un grato agradecimiento el recibido de manos de Juan Carlos, responsable de la Biblioteca La Orotava, tras la charla La lectura como actividad física con motivo de El día Internacional del libro.
Los poetas vienen a ser como saltadores de altura que con un solo impulso de la palabra son capaces de sortear cualquier significado o como lanzadores de jabalina capaces de llevar el uso de la palabra a tales distancias que acaban clavadas en los sentimientos. Se requieren muchos intentos, muchos saltos, muchos lanzamientos hasta que se encuentra la expresión justa. Esta obra escogida es una buena forma de acercarse a este poeta tinerfeño. Especialmente a esa capacidad por su parte para transformar en poesía objetos comunes como una casa, un gorrión o una almohada y sobre todo para hacernos sentir su visión de la niñez. Como muestra esta sentencia de dos versos titulada NIÑO donde se resume esa búsqueda del poeta de aquel tiempo que pudo ser y no fue.
Ay, ese niño que me mira fijo:

Cómo me juzga por lo que no he sido.

Nostalgia. Mircea Cartarescu.


Lectura interesante. Libro de cuentos, algunos de ellos rayan la novela corta de tal forma que también se encuentran de forma individual. Es el caso de El Ruletista, curiosa propuesta que explica cómo llega a sobrevivir un jugador a la ruleta rusa a pesar de ser él mismo quien hace sus propias apuestas colocando una bala más en el tambor hasta llenarlo completamente. A continuación tres cuentos largos en los que el escritor entra y sale de la narración, hace de la realidad un motivo de fantasía y escribe sueños que parecen realidad y logra tejer tramas tan reales como imaginarias en la que usa gran cantidad de recuerdos infantiles, los cuales, a pesar de ser propios de Bucarest, Rumanía, no dejan de pertenecer a los de cualquier infancia, provocando en el lector esa nostalgia que da lugar al título de la obra.

LA FORJA DE UN REBELDE .Arturo Barea.

Es una obra monumental donde narra la historia de la Guerra Civil Española, guerra miserable y puerca, que le hace escribir: estábamos destruyendo nuestras   propias ciudades y matando nuestros propios hombres; relata la miseria y la pobreza de la España de la época.
LA FORJA DE UN REBELDE cuenta con tres tomos. La forja, La ruta y La llama, constituye un relato autobiográfico .Cuando apareció el libro en español había sido traducido a diferentes idiomas.
En la forja recuerda su infancia en Madrid poniendo de manifiesto la realidad social de los primeros años del siglo XX. Su prosa es penetrante y refleja la injusticia de la que es testigo.
En la ruta es llamado a filas para servir en la guerra de Marruecos con su orquestada e ingeniosa corrupción por parte de los militares. Asiste a los actos de bajeza desarrollados con la guerra,a lo putrefacto de un estado parasitario y  a la miseria de un pueblo.
En la llama nos cuenta la resistencia que ofrece las tropas, fieles a la República al ejército Nacional. Nos encontramos con periodistas, militares y gente del pueblo.
En aquellos tiempos Barea habla de la corrupción y de la casta, así escribe: los herederos de la casta que habían regido España durante siglos. Como vemos nada nuevo sobre la faz de la Tierra; menciona las Islas Canarias al referirse a: dependientes expertos que manejan la fruta y los vegetales que venían de Valencia y de las Canarias.  
 Fotografía magistralmente a sus familiares del pueblo donde permanece durante el verano: Méntrida (tierra de vino).Después de pasar por la vida de dos mujeres, aparece Ilsa con la que se casa, su madre es la señora Leonor (se le pasa la vida trabajando muy duro): a ellas dedica la obra. Personalmente la trilogía merece la pena de ser leída y releída con detenimiento, pero el tiempo de que dispone uno a estas alturas de la vida no es mucho. El tiempo es fugitivo.

Señas de identidad. Juan Goytisolo.


Señas de identidad puede repeler a primera instancia. No todo lector gusta de unas primeras páginas sin signos de puntuación. Más tarde pudiera sentirse tentado por dejar su lectura al encontrar la trama fraccionada, dispersa, junto a algunos párrafos y diálogos de la misma en francés. Sin embargo, las señas de esos veinticinco años de paz, gloria y prosperidad conducen al lector de forma magistral por esa España que vivió entre los cuarenta y los sesenta la salida y regreso a Francia, las primeras manifestaciones, la policía secreta y la guardia civil, la llegada del turismo, todo ello desde la doble vertiente de vencedores y vencidos junto a las nuevas generaciones que nada querían saber de lo acontecido.