Situada en Petersburgo de la década de los 60 la ronda describe, a través de un paseo nocturno y de forma poética, la ciudad. Para ello usa la voz de un personaje que anteriormente formó parte del aparato de represión estalinista. Se mezcla así la vivencia que aporta la ciudad junto con las experiencias de arrestos e interrogatorios debido a las purgas que eran pan de cada día en aquellas épocas por parte de un policía que las narra tal cual, sin sentimiento alguno de culpabilidad pues era lo que había que hacer por orden, sin complicarse en juicios morales al respecto.
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