Sin pretensiones literarias, sin ánimo de victivismo, Ictus
Lía cuenta en primera persona el monólogo interior de una madre cuya hija de 25
años, capaz de usar todo su cuerpo para hacerse entender entre orcas, se ve
incapaz de comprender la vida, entre medio cuerpo, tras sufrir una hemiplejia.
Se convierte así su lectura en un gran ojo, en una de esas
ventanas que tienen los acuarios a través de la cual podemos ver la vida real
más allá del show diario que cada cual ofrece en superficie.
Esa vida real en la que una madre se transforma en la jefa de
la manada, la orca líder, la que coordina sufrimientos, entrena al resto de la
familia y emprende los viajes necesarios en busca de nuevos caladeros que
aporten a su hija la mejor recuperación física y afectiva, lo que ha hecho
posible que Lía, al igual que su amiga la orca Kohama en la foto de portada,
vuelva a saludar a la vida.
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