A veces, a mitad de lectura de un
libro llega otro, lo hojeas y resulta que ya no lo puedes soltar. Es el caso de
Crímenes ejemplares. Por que… quién no ha dicho alguna vez: “a este tío me lo
cargo”, o bien, “si me entero quién lo hizo, juro que lo mato”. Max Aub
recopila, en apenas cien páginas, toda una serie de microrelatos, algunos no
más extensos que un renglón, que desbordan humor negro inteligente, en los que
aporta infinidad de razones motivadoras para acabar con un semejante.
Argumentos a tener en cuenta como posibles atenuantes cuando el crimen de “este
tío” o de “quién lo hizo” haya sido consumado, o al menos para recomendar su
lectura. Una vez acabado el libro, en caso de haberlo recibido prestado, bueno
es devolverlo no sea que el propietario siga al pie de la letra uno de sus
relatos: ¡Me negó que le hubiera prestado aquel cuarto tomo…! Y el hueco en la
hilera, como un nicho…
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