El propio Luciano de Somosata refrenda el título de su
obra al decir: "Diré una verdad al decir que miento". Organiza un
viaje fantástico, imposible, con episodios ocurrentes y extravagantes que
proporcionan un buen entretenimiento y que parodia a las novelas fantásticas de
la época de las que la odisea supuso la piedra angular. Desfilan por su periplo
personajes de fantasía como los cabalgabuitres, los corchópodos, los
cabalgadelfines e incluso hombres que navegaban boca arriba sobre el agua
gracias a sus enormes falos de los que enarbolaban el velamen.
No es de extrañar que se le considere
precursor de Los viajes de Gulliver y de las andanzas de Don Quijote.
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