El criminal siempre vuelve
al lugar del crimen. De eso va esta novela. Pero se han de dar las
circunstancias para que reincida en su intento infanticida. El que sea la luna
llena el motivo explica el título. Un inspector que ha llegado “deportado” del
País Vasco y aún con la obsesión de sentarse cara a la puerta en los
restaurantes y bares, de mirar debajo del coche; su mujer en el sanatorio tras
soportar amenazas, llamadas y un marido dado al alcohol para tolerar el
estrés; un cura jesuita de la infancia, una maestra de pueblo enamorada, las
víctimas y asesino dan pie a una trama que llevan al lector al desenlace tanto de
la novela negra, como de la rosa y de la sociopolítica.
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Plenilunio. Antonio Muñoz Molina.
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