El autor, allá por 1933, a los diecinueve años, se
embarca en Londres para cruzar Europa mochila a la espalda. Llega a Rotterdam
y desde allí baja por el Rhin para luego conectar con el Danubio con destino a
Constantinopla.
Interesante propuesta pues en junio
coincidí desde su fuente, en Donaueschingen hasta Budapest sus mismos pasos,
aunque los míos, más bien fueron pedaleos. Una pena que Patrick al llegar a
Hungría prefirió adentrarse en Transilvania por otros ríos para luego
retomar el Danubio en Las Puertas de Hierro y el puente de Trajano. Una pena
que ahí acabe su aventura escrita y nada se sepa hasta el delta (objetivo a
pedal para el 2020) ni hasta Constantinopla.
Sin embargo, la profusión de detalles,
su interés por la historia, el lenguaje y las sucesivas oleadas de tribus y
pueblos que han ido ocupando Mitteleuropa a lo largo de los siglos bien ha valido
su extensa lectura.
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