La escritora Karen Blixen de
origen danés, conocida por su seudónimo: Isak Dinesen, decide junto con su
marido, en la época en que Europa era devastada por la Primera Guerra Mundial,
marchar a Kenia, para dirigir una granja y una explotación de café con la ayuda
de aparceros de origen kukuyu (grupo étnico de los más numeroso de Kenia), dando prueba de su
excepcional coraje y valentía. Escribe con la agradable sensibilidad que sólo
una mujer puede hacerlo, tratando de forma magistral pequeñas historias que han
jalonado su vida. Es una vida cargada de problemas y pasión, pues cada cierto
tiempo sucede algo diferente. Se extiende en la descripción del entorno, los
colores, las personas, los vegetales y los animales, apuntando que hay un
animal resultado del cruce de ganado masái y búfalos que se utilizaba como
alimentación para la población de masái y somalíes, pueblos guerreros y de excepcional
estatura (sobre todo los masái) que habitan en África. Tiene mérito el hecho de
que a veces se dedica a la emocionante y peligrosa caza de leones, junto con su
amigo sentimental. La mujer es una fuera de serie, alguien que se encuentra en
el mundo, brillando ante tanta gente gris.
Hay párrafos que te dejan
suspendido en el aire y frases que parecen las estrofas de unos versos. Kamante
el niño nativo es muy digno de lástima y compasión; la autora opina que es “el
objeto más digno de piedad que podía imaginar” El viejo Knudsen de origen
blanco evoca el que: “semejante cantidad de sufrimiento se concentrara en un
solo punto” La verdad que hay pobres seres humanos que han venido a este pequeño mundo a pasarlo francamente mal. Entre
estas pequeñas-grandes historias va intercalando detalles de la tierra, las
secas llanuras, las grandes colinas, el paisaje, los vegetales y la abundancia
de animales.
Son famosas las fiestas que
organiza en su granja alrededor de las gnomas (danzas nativas de los masái y
los somalíes), llegando a reunir entre mil quinientas a dos mil personas, algo
que cuesta imaginar. La visitan amigos que se hospedan en la granja para estar
cerca de ella, aunque no por mucho tiempo. Todos ellos seres excepcionales. Se
enamora de su amigo el cazador británico Denys Finch Hatton que, cuando volvía
de sus expediciones no tenía otro lugar donde quedarse que en la granja, su
amigo poseía un aeroplano que le producía el mayor placer de su vida al volar
sobre África, donde podía contemplar las verdaderas maravillas que existían
desde las alturas.
Al pasar el tiempo y debido
a la falta de lluvias el negocio del café atraviesa momentos difíciles puesto
que baja la producción y el precio del café, por lo que no puede mantener la
granja, teniendo que venderla con gran dolor de sus huesos. Al mismo tiempo
Denys sufre un accidente con el aeroplano debido a que capotó y muere junto con
su criado. Por esa época Karen tiene otro grande y desesperante problema ya que
no sabe qué hacer con su gente, con la que se encuentra plenamente identificada
desde que puso los pies en el continente Africano. Después de dar un gran
número de vueltas, viajes, peticiones y perder mucho tiempo, salud y dinero el
gobierno estuvo dispuesto a conceder una parte de la reserva forestal a los
aparceros de la granja, pues de ninguna manera querían ser separados, actitud
que planteaba un muy serio motivo de preocupación para Karen que
afortunadamente fue resuelto de manera favorable, de la forma apuntada, con lo
que la escritora regresa felizmente a
Europa donde murió a los 77 años.
El libro que se lee
placentera y sosegadamente ha sido llevado a la pantalla, estando la película
dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Meryl Streep, Roberd Redford y
Klaus María Braudauer, ganando en 1986 siete estatuillas en la noche de
los Oscar. .
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