El lector se ve envuelto en
las tres primeras páginas entre nieblas y páramos propios de una Inglaterra de
la época del Rey Arturo, con sus dragones, ogros y elfos, donde reina la paz
impuesta a britanos y sajones por el rey y su mago, Merlín.
La conciencia sobre los
efectos de una de esas nieblas, le del olvido, impulsa a una pareja de ancianos
a buscar a su hijo; a un caballero armado a evitar que se disuelva el encanto que
la misma provoca: la desmemoria, y a un guerrero a acabar con esa nebulosa de
paz que sufren los habitantes y que tiene su origen en una hembra de dragón.
No esperaba en un premio
Nobel este tipo de historia. Muy recomendable para todos aquellos lectores amantes
de la literatura medievalista.
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