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El animal moribundo. Philip Roth.


La sexualidad en la senectud. Interesante propuesta. Curiosas situaciones de alcoba. Los celos como trasfondo. Celos tras ser un profesor universitario conquistador de exalumnas por perder aquellos pechos perfectos de la cubana Consuelo Castillo, de treinta y dos años. Celos ante la vida que se escapa. No deja indiferente.

Toda la noche oyeron pasar pájaros. J. M. Caballero Bonald.


Esta es una de esas lecturas que inclina la balanza. Una vez leída, cuando haya duda a la hora de discriminar entre lo que digan las editoriales o los gustos de millones de lectores, volver a ella devolverá un regusto a literatura que hará fácil discernir entre lo pretérito y lo mortal de aquello que perdurará en el tiempo.
Toda una amalgama de poemas escritos en prosa junto a microrrelatos insertos en grandes historias que urden narraciones violentas y grotescas realizadas con una suavidad espeluznante. Una gama de registros literarios, de silencios que hilvanan capítulos, de circunstancias que tejen a los personajes, que requieren de un lector leedor leyente al tiempo que resulta ser un catón para quien guste de escribir.
La trama, situada en la antigua Argónida, hoy geográficamente relacionada con el Coto de Doñana, parte del asentamiento tras la Guerra Civil de una familia inglesa con intereses en los negocios de la mar.
El resto bien merece leerlo, releerlo y volverlo a leer mientras oyes pasar pájaros toda la noche.




La aventura del tocador de señoras. Eduardo Mendoza.


Lectura entretenida y divertida. Ideal para tiempos en los que la mente no está para embrollos existenciales y sí para evadirse con unas buenas risas proporcionadas por disparatadas coincidencias aderezadas con humor. (Piénsese en una lectura magnífica para días de enfermedad). En ocasiones creo que se estira en demasía  la fruslería al crear situaciones que escapan a esa divisoria que tanto sabe mantener el escritor entre lo real y lo plausible. Un buen ejemplo de ello es el disparo que sufre el alcalde cuya bala le entra por el culo y le sale por la boca y a los días sigue en plena campaña electoral.