Marco quiso vivir más de lo que le correspondía, quiso
vivir todo aquello que nunca había vivido y miente y engaña para conseguirlo,
para que le quisieran y admiraran. No parece un nonagenario, tenía tanta
vitalidad que se inventa una vida que le gustaría haber vivido y que llegó a
contar en el Congreso de los Diputados. Cuando descubren su impostura argumenta
que no había hecho daño a nadie y que gracias a él se habían hecho grandes
cosas. En realidad no sé qué le pasó por la cabeza, pero, mientras tanto lo
pasa en grande. Creo que todo lo que dice que vivió fue para que Javier Cerca
escribiera el IMPOSTOR que dice que no quería escribir. Para mi gusto personal
es un buen libro, no de ficción porque la ficción la pone Marco.
El autor tiene una buena cabeza. Por casualidad menciona
a Ignacio Martínez de Pisón autor de mi anterior lectura. Acomete la mentira
mencionando a Platón, Montaigne, Nietzche y Faulkner. Montaigne decía que la
vida es ondulante unas veces sube y otras baja, lo que hay que hacer es aceptar
con el mismo animo la victoria y la derrota, filosofía que me parece muy
difícil de seguir. Así mismo también cita a Emmanuel Carrére, Truman Capote y
Charles Dickens, A Tolstoi y a Stendal. Pasa al cine con La vida es bella y La
lista de Schiller.
La prosa es clara, la trama te atrapa, y todo ello
perfectamente orquestado a lo largo de las 425 págs. que no sé, si muchos,
tendrán tiempo de leer.
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