El argumento es posible pero poco creíble. Es una
historia de hombres, mujeres, policías y traficantes a la que no le falta
ningún ingrediente para hacer una mala película americana, lo que sucede es que
a nadie se le ha ocurrido invertir en ello, pues, por lo visto teme no poder
recuperar el dinero. La lectura se pasa entretenida aunque sin grandes
pretensiones, pero la novela, sintiéndolo mucho, no aporta gran cosa. Es una
novela de ficción de la que he entresacado las frases: “no pasa nada vuelvo a tirar
el dado”, o, esta otra “verdes las han segado”, sin embargo no he podido
justificar el título de la novela.
Como anécdota y por lo que personalmente me atañe, en la
página 132, menciona a un policía que se llama Abelardo al que David Mendoza ex
novio de Elena, le fractura cuatro costillas al propinarle una patada de
karate. Intercala, en el transcurso de los acontecimientos algunos sueños del
personaje con lo que la novela es todavía más irreal, pues ya se sabe que los
sueños, sueños son. Aunque uno se puede pasar sin leer la novela, el autor, no
obstante ha cosechado un gran éxito de ventas con la biografía de Joaquín
Sabina y las semblanzas de Miguel Bosé y Lolita en esta España curiosa y
novelesca.
Ahora entiendo el por qué ayer en el Club de Lectura la Ranilla no hacías sino tentarte el costado.
ResponderEliminarNo es bueno somatizar las lecturas. Que te recuperes pronto de esas costillas y no tosas ni estornudes que te será muy molesto.