Marian
Miller componente de una ONG tiene que realizar un informe sobre los asentamientos
ilegales de los judíos en
territorio palestino. Para ello nada más
justo que recoger las versiones de ambos lados. La entrevista se transforma en
la narración de muchas historias entrelazadas de dos familias: los Zucker (judíos)
que tienen que abandonar Rusia, recalan, huyendo de los pogromos en la Rusia
del Zar Alejandro (lll), en la Tierra
Prometida (Jerusalén), lugar donde compran la tierra de los Zaid (árabes) cuyo
patriarca es Ahmed. Entre Samuel y Ahmed nace algo más que una solidad amistad
que se mantiene generación tras generación.
Las
historias que cuentan hablan de la intolerancia que se vive en Palestina por
rezar a dioses distintos. Muestra la cara más desagradable del conflicto
árabe-israelí. La novela narra magistralmente las persecuciones, amores y
desamores, la violencia, el terrorismo, la abnegación y el heroísmo; destacando
como pilar central la amistad.
Resaltar de
las vivencias que se relatan, lo cercano y familiar de lo que cuenta. Se
disfruta leyendo y hay paisajes estremecedores. He de confesar que la lectura
me quitaba el sueño y me levantaba a las 6 de la mañana para leer. La obra está suficientemente documentada. Los personajes
son numerosos puesto que las familias se van ramificando,razón por lo que sería
conveniente tener papel y lápiz para hacer las pertinentes anotaciones para no
perderse. A pesar de sus novecientas páginas, la trama y el interesante hilo conductor
hacen de este libro un ejemplar más liviano (para leer) de lo que en principio
podría parecer. Al final se desvela el título del libro: DISPARA, YO YA ESTOY
MUERTO.
Personalmente
opino que se le podría dar una segunda lectura.
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