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Los armarios vacíos. Annie Ernaux.


 

La historia es bien sencilla. La auto biografía de una universitaria desde los cinco seis años cuando vive en una tienda bar a las afueras de la ciudad con sus borrachos a los que da de beber su padre y con los clientes a las que la madre fía hasta fin de mes hasta que llega con el esfuerzo de los padres al colegio privado y luego a la universidad lidiando con sus amigas que acuden a fiestas y tienen otros intereses.

Lo que no es sencillo es hacerlo con frases cortas, un lenguaje certero que mete al lector en la tienda, en los conflictos de la adolescencia y en los problemas universitarios al tiempo que planea un aborto en ciernes.


                                         



Llegue al libro por recomendación de un amigo. Lo tenia pendiente y me frenaba el elevado número de páginas.

Es el diario de Toni, un profesor de filosofía de un instituto madrileño que decide suicidarse dentro de un año.

Durante los diferentes capítulos, que coinciden con los meses de un año va contando su vida.

El personaje de TONI es normal, con una familia con problemas, separaciones, amistad, enfermedades, amores .etc.

La madre y Agueda son sus personajes favoritos sin olvidar a la perra Pepa.

El libro está bien escrito lo cual te atrae y hace que no renuncies a leerlo para ver en que acaba. A pesar de que el tema es espeluznante la novela no es triste.

Los vencejos están revoloteando durante toda la novela y el profesor es un forofo de estos pájaros que vuelan sin descanso, viven en las ciudades y comen y copulan en pleno vuelo. El libro es entretenido y se puede leer. Escribe con una transparencia y una fluidez muy digna de ser resaltada.

Veremos a ver lo que nos depara el libro PATRIA.


Vidas escritas. Javier Marías.


 

Nutritiva lectura sobre escritores y escritoras ya fallecidos que de forma ágil y volandera lleva de un autor a otro mediante la exposición, en clave de humor, de sus vidas casi siempre azarosas en la que se demuestra que nada hay nuevo bajo el sol y máxime cuando se trata de quienes se ven atrapados por el oficio de la escritura. Egos enardecidos, absenta, drogas, orgías, todo cabe, a todo se le podrá sacar valor literario.

Concluye el libro con unas fotografías de postales de escritores que el autor gustaba de reunir y que aprovecha para hacer unos breves pero descriptivos apuntes sobre las mismas en los que se aprecia sus grandes habilidades para sacarle partido a los rostros de los literatos comentados.