El padre de Oscar Wilde,
médico, estuvo en Tenerife, y más concretamente en Puerto de la Cruz, Sitio
Litre, en 1837. Como médico acompañaba a uno de sus pacientes afecto de
tuberculosis.
Se convierte así ante la
opinión anglosajona en uno de los primeros valedores del clima del Valle de la
Orotava sobre los ya conocidos de Funchal, en Madeira.
Pero no solo eso, Wilde
pormenoriza sobre la isla y sus habitantes y hace crítica su voz ante el
abandono del Jardín botánico así como la decadencia y abandono en asuntos
públicos.
Se confirman al menos
cuatro visitas de Richard F. Burton a la isla. Pero parece ser que pudieron ser
algunas más. Como representante de la corona inglesa en Fernando Poo las cuatro
permanencias en las islas están en función de las visitas de regreso a su país
durante los tres años que duró su misión diplomática. Pero hubo otras en las
que el archipiélago fue punto de encuentro vacacional con su mujer. Paradigma
de los exploradores, alter ego de los políglotas Burton también fue un
prolífico escritor. Con un día en Tenerife tuvo suficiente para explicar no
solo su estancia sino todo aquello de lo que pudo documentarse acerca de la
isla.
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