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ELPODER DE LA ESPERANZA. Antonio Muntadas-Prim Burgete.

 
La historia comienza cuando un amigo común presentó vía e-mail a Amaia que vivía en Lasarte  (Guipúzcoa ) y a Toni que lo hacía en Barcelona; con el paso del tiempo acordaron contraer matrimonio en el 2004 en una iglesia donde le había dicho que le gustaría casarse pero no con ella, pues se casó con ella, y se fueron a vivir a una casa pareada en un pequeño pueblo; aunque al principio  no quería tener hijos el embarazo transcurrió con normalidad salvo algún sobresalto con la perdida escandalosa de sangre y el alumbramiento con todo lo que conlleva rotura de aguas, desagradables dolores durante la tarde y toda la noche, epidural, para alumbrar, a las 16:16 h de un día de un mes del año 2009 a Urko, un niño que nació prematuro y con poco peso.
Habían transcurrido seis meses cuando viajan a la casa familiar para pasar las vacaciones y al llegar como el niño había comido, fue acostado, no teniendo la precaución de poner el intercomunicador; la mala suerte fue que el niño se asfixió, aunque después de múltiples esfuerzos fue reanimado. A partir de ese momento empieza un verdadero vía crucis  por la consulta de médicos y hospitales, tratamientos ajuste de la medicación hasta dar con ASPACE (confederación para personas con parálisis cerebral) donde un médico le diagnostica<< disfunción neurológica con importantes problemas de motricidad fina y torpeza motriz generalizada>, se recomienda estimulación, estimulación, y estimulación para así poder recuperar el máximo de funciones. Al ir creciendo mejora mucho aunque observaron un comportamiento parecido al autismo razón por la que recomiendan que se fuera a GAUTENA una asociación de autismo de Guipúzcoa, fue el primer gran cambio al que tenían que acostumbrarse. Como no podía ser de otra manera su tiempo en el aula estable de GAUTENA también llegó al final por  lo que tuvo que enfrentarse con niños sin discapacidad.
A los cuatro años del accidente de Urko  deciden tener otro hijo al que ponen por nombre Ainhoa. Una noche  cuando estaba embarazada Amaia, saltó la alarma y al ir corriendo a apagarla tropezó y cayó dándose un fuerte golpe que no tuvo consecuencias para el estado de la niña; en el parto tuvo problemas con la anestesia pero  a su debido tiempo le dieron el alta, teniendo que ser ingresada nuevamente porque la niña había vomitado sangre, para llegar a la conclusión de que la cosa no funcionaba, era una niña que no lloraba, no comía tenía el estómago hinchado  y miraba fijamente. Vuelta a empezar para saber lo que tenía la cría hasta que un compañero comenta que un primo había llevado a su hijo con características similares a un especialista en nutrición y le había ido bien .Hicieron la visita al dietista –nutricionista, le modificaron la alimentación y al día siguiente se notaba la mejoría. Ainhoa aparte de parásitos y cándidas tiene acidez en el cuerpo que tiene que tratarse porque afecta al estómago y al cerebro. 
A veces se empañan los ojos por todo lo que ocurre y aunque se lee bien y rápido tiene una carga demasiado pesada, siendo soportada también por las abuelas y gracias al poder de un rayo de ESPERANZA que ilumina el camino de los padres de los niños, estos pueden seguir avanzando. No puedo saber cómo ha sucedido pero siempre se ha encontrado la persona adecuada en el momento preciso. El camino ha sido complicado pero durante todo el tiempo tenían en la mente que sus hijos se pondrían bien: Es el poder de LA ESPERANZA.

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