Hay que estar loco para volar en un bombardero durante
la Segunda Guerra Mundial y exponerse al fuego de los antiaéreos alemanes. Hay
que estar loco para renunciar a volar y exponerte a un consejo de guerra. Es la
trampa 22. En cualquier caso dichas locuras no ayudan a Yossarian a regresar a
casa después de cumplir las 40 misiones establecidas, pues estas suben a 45, 50
y así sucesivamente.
En este tira y afloja se desarrolla esta sátira a los
conflictos armados en los que como bien dice el autor a ninguno de los muertos
de ambos bandos les interesa el resultado de la guerra.